Relato erótico: Provócame
Era una noche gélida, gélida como su corazón. Pero yo sabía cómo derretir esa fachada de hombre todo poderoso. Salí de mi apartamento enfundada en mi gabardina negra en dirección a su casa. Quince minutos más tardes estaba aparcando en…
Sigue leyendo