TRES BESOS DE COLORES de Caroline

Caroline, Sweet Caroline intenta dejar la mente en blanco para empezar su habitual sesión de meditación.

Imposible. Su excitación no disminuye. Al contrario. Su cuerpo está inmóvil pero su mente viaja. Un viaje excitante a los paisajes de morbosos recuerdos.

Intenta refugiarse en Neil Diamond «Hands… touching hands. Reaching out dear Lord. Touching me. Touching you…»  

Se toca, se acaricia. Piensa en sus amantes, tres amantes distintos. Tres personalidades complementarias. El tres, una de sus números preferidos.

Tres besos de colores. Colores de contrastes. Blanco, negro y rosa aportan a Sweet Caroline su peculiar atmosfera de sexo y lujuria. Una sumisa especial.

Besos blancos para compartir la leche de un orgasmo espectacular.

Besos negros para adentrarse en las zonas más prohibidas de su sexo.

Besos rosas para recibir en su boca sus propios flujos. Sus amantes quieren más. Ella también.

Definitivamente, no es un buen día para la meditación.

Dedice llamar a Giovanni, atractivo efebo para cumplir de inmediato sus dulces fantasías.

«Con los ojos tapados, me bajó las bragas de golpe. En aquel preciso momento, supe que me comería toda entera. Subí un poco la cadera y me dejé llevar. Chupaba todos mis fluidos y una vez se llenó su boca con ellos, me besó apasionadamente y las dos lenguas saborearon el manjar divino. Un beso rosa como aperitivo. En un instante, hundió su cara en mi culo y lo empezó a lamer de arriba a abajo. Abrió los glúteos y la lengua penetró hasta el fondo. Una cadencia elegante. Yo marcaba el ritmo y Giovanni ponía la lengua. Un beso negro delicioso, preludio de un orgasmo espectacular.

Al cabo de un rato, empecé a enjabonar su polla y sus testículos con un lento y suave masaje. Mi boca chupaba y lamía hasta el fondo, garganta profunda. Toda dentro.

Mi lengua describía círculos cortos buscando las entrañas de su culo. Impulsiva y frenética. Una lengua imparable. Al ver que su orgasmo estaba al caer, volví a su polla hasta que se corrió dentro de mi boca para acabar compartiendo un delicioso beso blanco. El tercer beso de una jornada memorable».

Sweet Caroline. Good times never seemed so good. I’ve been inclined. To believe they never would. But now I…  

Por Marcel Marata

 

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