Fabricando tiempo libre –

Mi primer novio se llamaba Andrés, era de Barcelona y paracaidista… ahora, entra en mi vida otro Andres, de Barcelona pero hedonista, que rima.

Yo ya había visto su perfil en una de las páginas de contactos que manejo, pero había visto que era de Barcelona, por lo que ni siquiera me había interesado en el perfil, ¿que necesidad de buscar hombres tan lejos, teniéndolos más cerca? Pero es cierto que cuando empezamos a hablar, lo primero que me dijo fue, que viajaba a Madrid muy a menudo por trabajo y que se “fabricaba” su tiempo libre.

A 10 días vista, ya me dijo que tenía que asistir a una feria y que, si me apetecía, podíamos quedar para conocernos ese mismo día que viajaba a Madrid a lo que yo le dije que encantada… me causaba buenas vibraciones, aunque no le había visto ni en foto.

Comenzamos a hablar, nos contamos a qué nos dedicamos, que buscábamos… y los dos coincidiamos en que queremos complicidad y disfrute en general ¡¡me encanta!!! Después de una tarde muy intensa de conversación y muy agradable, por cierto,  Andrés me preguntó que si no quería verlo en foto, a lo que le dije que por una parte si, pero por otra no… No sé si me entendeis pero ya os lo he dicho más veces, la foto ofrece una imagen fija de alguien que no tiene porque reflejar su esencia y no quería distorsionar la imagen que me estaba haciendo de Andrés, a lo que me dijo: “Espera, voy a hacer una cosa” y me mandó una foto de sus piernas, estaba tumbado en la cama, viendo la tele. Mmm, ¡bonitas! a lo que, ya que se había animado, le pedí, que, por favor, me enviara una foto de sus manos… ¡¡lo hizo!! me mando una foto de su mano al volante de su coche. Me gustaba… y él me pidió que le mandara una foto de mis manos, también… ¡¡le gustaron!!

Nada más, esa noche nos despedimos y nos deseamos felices sueños agradeciéndonos la conversación. Al día siguiente yo había pensado otra parte del puzzle que estábamos componiendo, así que me hice una fotografía en el coche, de mis piernas vestidas con medias y con una minifalda que llevaba ese día, para mandarsela por la noche.

Cuando llevábamos hablando un rato esa noche, Andrés me volvió a preguntar que si quería verle o si quería otra pieza para el puzzle, así que le dije que quería otra pieza… el me mando su pecho… camisa blanca, abierta, que dejaba asomar lo peludo de esa parte de él, aunque me aclaró que se había hecho láser en la espalda y las axilas… tampoco me hubiera importado pelos en esas partes de su cuerpo…. ¡era super divertido! Nos estábamos conociendo a trozos… a medida que íbamos avanzando en el conocimiento de nuestra forma de ser, de nuestros gustos, de nuestros ritmos, íbamos conociendo una parte de nuestro cuerpo. Al día siguiente yo le mande una sugerente imagen de mis pechos con un sujetador que me sienta realmente bien, para completar esa parte de mi puzzle…. él siguió con su boca, sus pies, mis piernas, su casa de la playa… una erección bajo los calzoncillos…. todo iba poco a poco, sugerente… pausado, sin prisa… hasta que nos quedamos sin piezas y lo teníamos casi todo conformado, así que nos decidimos a enviar las fotos completas, no sin antes demostrar nuestro disfrute en la manera que estábamos teniendo de conocernos. A la semana de que Andrés tuviera que venir a Madrid, ya nos habíamos visto las caras, nos dábamos los buenos días, las buenas noches y ya tenía reserva en un hotel céntrico y una lista de restaurantes de alrededor para que eligiera donde quería comer con él. La ruta de las cañas de por la mañana, corría por mi cuenta.

Llegó el día, teníamos ganas los dos, nos lo haciamos saber y quedamos muy pronto… había adelantado su viaje para poder conocerme y poder hacer también su trabajo, así que decidí que cuanto antes nos vieramos, antes sabríamos si nos apetecía pasar el día juntos.

El plan fué perfecto, hice de estupenda acompañante para que conociera algunos de los lugares más emblemáticos de Madrid, caminábamos uno al lado del otro, entrabamos en un bar, nos tomabamos algo, entrábamos en otro, nos tomabamos algo y así hasta que se acercaba la hora de comer y entramos en el último bar para sentarnos en una mesa tranquilamente frente a frente con una caña fresquita delante de nosotros.

“Está siendo mejor de lo que había imaginado, todo supera mis expectativas” me dijo Andrés cogiendome de la mano. Hasta el momento no había demostrado ningún ademán de acercamiento por lo que me sorprendió (llegué a pensar que no le había gustado) así que tuve un impulso de apartar la mano y no se muy bien por qué. Cuando le contesté que yo también estaba muy a gusto, él volvió a acercar su mano a la mía para acariciarla. Diciéndome que le apetecía besarme, con lo que se levantó levemente de la silla y se acercó a darme un cálido beso. Cuando terminamos nuestra caña, le llevé hacia el restaurante que había elegido… ¡acerté! Luz ténue, mesas íntimas, un ambiente muy acogedor para una primera comida y conocerse mejor. No hacía más que decirme que la luz me hacía muy hermosa, que estaba muy guapa. Disfrutamos muchísimo de la comida, del vino, nos reímos mucho y en el postre me dijo que quería enseñarme su hotel, a lo que le dije que estaba deseando hacerlo.

Dando un pequeño paseo, nos acercamos a su hotel, tercera planta al fondo del pasillo… muy bonito, por cierto, creo que elegido con muy buen gusto. La habitación se hizo grande cuando nada más entrar nos recogimos los dos en medio metro cuadrado sin que cupiera ni un papel de fumar entre nosotros. Nos besamos, nos acariciamos, nos descubrimos, nos desnudamos, deseándonos. Me tumbé ya desnuda en la cama, me colocó una almohada bajo mi culo y comenzó a chuparme el coño con ánsia, con toda su lengua, con deseo, le apetecia saborearme, todos los jugos para él… los estaba disfrutando y yo, muchísimo más. Me removía para sentir toda su lengua y hubo un momento que necesitaba polla, no podía más. La verdad es que es uno de los periodos más largos en los que no había sentido una polla dentro de mí y estaba deseosa así que se lo hice saber. “Follame”, se levantó, cogió un condón y vino con su arma hacia mí, hacia mis piernas abiertas, hacia mi coño empapado de su lengua y de mi flujo… “Metemela toda, hasta el fondo” y lo hizo, vaya que si lo hizo…. ¡¡Mmmmm que gusto!! entraba y salía, dentro y más dentro… le agarraba su culo para que la metiera más dentro. Yo movía mis caderas en círculos para sentirla toda dentro de mi, en todos mis rincones y decidí que quería cabalgarle. “Túmbate, que te voy a cabalgar”… subí sobre la polla erecta y la introduje toda para mi mientras me tocaba. Mi clítoris reventaba de placer, estaba deseando dármelo todo. La cara de Andrés decía que estaba disfrutando, me miraba con placer, mientras subía y bajaba y llegó mi orgasmo… ¡Aghhhh, más deprisa, subo, bajo, me toco, me vuelvo loca y me corro!!!! El también llega a su máximo…. ¡¡a ver ahora cuanto tarda en recuperar!!! Porque tenemos un ratito todavía y me niego a aprovechar para echar un sueñecito jejeje

Apoyé mi cabeza sobre su hombro y al poco comencé a tocarle la polla de nuevo, es como un juguete nuevo que no puedes evitar jugar todo el día con él y tardó muy poquito en excitarse de nuevo. Cuando la sentí dura en mi mano tras ordeñarla un rato, le dije que quería que me follara el culo… Me puse a cuatro y esperé a que viniera por detrás con su verga para penetrarme… Me encanta por el culo, agarraba mis caderas, con cuidado, despacio al principio y cuando la sintió dentro apretaba para que toda la polla ocupara el espacio. En esa postura acerco mi mano al coño y comienzo a tocarme, me meto los dedos, mi clítoris me pide marcha, me gusta que me follen por detrás, no ven mi cara de placer pero gimo con volumen para que sepan que estoy disfrutando muchísimo.

Andrés se cansaba, se nota que está desentrenado en las artes amatorias, hay que cambiar de actividad en periodos breves, pero eso también es divertido. Decidió volverme a comer el coño y yo me dejé. Con su lengua recorrió toda mi raja, mis labios, la metió cuál polla y bajó hasta mi ano para darle placer también. Pensé que podría quedarme así toda la vida… me encanta que me den placer y debió de oír mis pensamientos…(luego os digo porque)

Estuvo así un buen rato hasta que me dijo que se la chupara, pero yo estaba a punto de correrme así que me puse a cuatro con su cara en mi coño, facilitando que siguiera y yo coloqué su polla en mi boca. El cambio de postura fue mágico para mí, sentir su lengua de nuevo  hizo que me corriera de manera brutal en su boca… Comencé a chorrear mientras le seguía chupando con ansia.. cuanto más placer sentía más succionaba su polla… Había tenido un orgasmo fantástico y faltaba que él se corriera de nuevo. Seguí con mi mano, con mi mano izquierda, cada vez más rápido.. hasta que conseguí su leche.

Se tumbó a mi lado resoplando diciéndome: “vaya mujerón, has terminado conmigo… me falta mucha práctica. Además, me dejarías comerte el coño todo el día, no me apartas ni deja de gustarte… ¡¡eso es estupendo!! ¡pero un poco agotador!”

Jajajaja debo de tener mucha energía en la cama, agotadito lo dejé… Para la próxima seguro que vendrá más preparado. Yo creo que no sabía muy bien a quien se iba a “enfrentar”.

Me fuí de su habitación recordándole lo que se había ofrecido a hacer para la próxima vez que nos viéramos… iba a encontrar mi perfume, mi olor… ¿conseguirá acertar?

Estoy deseando que consiga organizar su próximo viaje a Madrid y que mi agenda esté libre para poder disfrutar de un día como éste o mejor….

Por Estefanía Mor – 40 Historias de Sexo

 

 

 

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