Se acabaron las vacaciones, los días de sol y descanso, de fiesta y desconexión … es más ¡el verano está llegando a fin! Nos pasamos todo el año esperando esta época del año y cuando ya se va acabando y la realidad y la rutina vuelven como una bofetada que nos pone en nuestro sitio, no podemos más que sentirnos un tanto tristes y deprimidxs. Es el llamado síndrome postvacacional, y quien no lo sufra que por favor nos diga ¡qué se toma, que yo también quiero de eso!

La vuelta a la rutina puede afectar diferentemente, algunas personas pierden el interés en ciertas cosas o/y otras se sienten incómodas con otras. Además, en el caso de algunas mujeres, el hastío puede ser tan grande que incluso les afecta sexualmente: es el síndrome SEXUAL postvacacional y supone sentir poco o nulo deseo sexual y practicamente ninguna gana de mantener ningún tipo de experiencia sexual, ya se esté en pareja o no.

Para las mujeres que sufren de este síndrome, la desgana generalizada por todo las lleva también a descuidarse personalmente cuando llega esta época. Pocas ganas de arreglarse, de cuidar su cuerpo, de depilarse … La operación biquini acaba y empiezan nuevamente las obligaciones (estudios, trabajo, familia etc…) El culto al cuerpo pasa a un segundo plano y eso puede hacerles sentir más inseguras en el momento de la intimidad.

Además, durante las vacaciones todo es descanso, diversión y sobrexcitación sexual y ahora las obligaciones no dejan casi tiempo para nada. Hay que volver a reajustar los horarios y el cansancio se nota, por lo que al encontrarse en la cama, algunas mujeres prefieren dormir más que nada en el mundo.

Aunque suele ser algo pasajero, lo cierto es que no nos podemos dejar arrastrar por esa tristeza, desgana y pesimismo. Es necesario buscar un poco de energía para no dejar que el deseo se esfume por completo e incluso nos lleve a perder el interés por el compañero sexual o el sexo en general.

Aquí algunos consejos para «sobrellevar» esta etapa:

. Haz ejercicio: ¡sí, es lo último en lo que se piensa! pero incorporar una rutina de ejercicio a la vuelta a la realidad hará que estemos más enérgicos y más optimistas ¡hazlo, no lo pienses, sólo hazlo!

. Aborda las obligaciones progresivamente: no se puede pasar de 0 a 100 en 1 día. No nos exijamos tanto, no descuidemos nada pero vayamos paso a paso … también en la cama si es necesario (puede que no se pueda mantener el mismo ritmo que en las vacaciones, ¡no pasa nada!)

. Planea salidas, eventos, cenas o cualquier cosa que te haga ilusión, eso hará que miremos el futuro con más alegría y no con un constante pesimismo. Incluye a tu pareja en esos planes para mantener la chispa.

. Busca qué te hace feliz, qué te ha apetecido siempre hacer y apúntate a ese curso de macramé, a sesiones de pintura con vino o a excursiones organizadas para descubrir tu ciudad… ¡Todo vale con tal de levantar el ánimo! Y si puedes hacerlo con tu pareja ¡Bingo!

. Comunícate o explica como te sientes a tu pareja, si la tienes, o a tus amigas para que los demás sepan como te sientes y puedan ayudarte.

¡El verano se acaba pero la vida sigue y quién sabe lo que nos depara el otoño!?