EN EL COCHE –

Solamente te puedo prometer un café, me dijo Rodrigo una semana después de nuestro primer encuentro. “Perfecto, será un café rápido pero te veré otra vez….estupendo”.

Ya os lo he contado en alguna otra ocasión, la complicidad que tengo con Rodrigo, es brutal, entendemos el sexo de la misma manera y me excita tanto que solo con pensar en él, en su voz y en cómo me seduce y me folla, acabo de tener un orgasmo mientras escribo esto….uffff…bueno voy a seguir relatando, que aquí trato mi placer pero para que conozcáis porque  y cómo suceden las cosas.

Teníamos muchas ganas de vernos, habían pasado todas las semanas solamente hablando y escribiéndonos y nos necesitábamos. Creo que él estaba convencido que solo íbamos a tomar un café pero yo sabía que iba a haber algo más. La semana siguiente teníamos planeado un viaje a Sevilla, así que me dijo que íbamos a comprar una caja de condones de los que él usaba para que yo la llevara…en su casa no la podían ver, claro. Y, ademas, íbamos a revisar la lista de deseos de este año, a ver cuantas cosas podíamos tachar o apuntar en esa lista.

Cuando decidí el sitio para quedar, tenía un plan…tenía que dejarlo en un parking, lo más oscuro posible y, así se lo hice saber el día anterior. Se puso como una moto. Le dije que me iba a dedicar solo a él y le iba a hacer una de las mejores mamadas que recordaría el resto de su vida. Seria en el centro de Madrid, en un centro comercial con cafetería, para tomarnos ese café, farmacia, para los condones y parking para nuestros juegos.

Llegué pronto y me senté a adelantar trabajo. Iba mojada desde que me levanté por la mañana, mi tanga no podía soportar más presión y la humedad pasaba a mis pantalones. Mientras escribía un email en mi iPad noté una sombra, una presencia a mi lado…era él. Me levanté y nos dimos un beso, un casto beso, con las ganas que tenía de morrearle y apretarle entre mis brazos. Yo me había sentado en una mesita con sofá y él quiso sentarse a mi lado.

Cuando un persona tiene un trabajo en el que sus contactos son muy amplios, hay que pensar que el mundo es un pañuelo, y lo es, y cualquiera te puede reconocer….así que él mira a todos lados por si es reconocido. Esa inquietud me excita, él sabe que hace algo que no está bien y aun así lo hace…yo lo noto, y me excita. Rodrigo está nervioso, le pido un beso acercando mi cara a la suya y me dice que luego, sin mirarme…estamos demasiado expuestos en la cafetería. Pongo mi mano en su pierna mientras le traen el café y me pregunta por nuestra lista, que saco del bolso y se la doy. Coge su bolígrafo y empieza a apuntar ignorándome….bufff ¡¡como me pone!! Estar tan cerca y no abalanzarme a por él… ¡¡¡como sufro!!!

Leo en el papel …”romperle la ropa interior a Estefanía”… eso no estaba apuntado, es verdad, y, según termine la línea, mi coño empezó a latir…pero guardé la compostura. Rodrigo en ese momento me dijo que no sabía si me iba a gustar mucho el sitio en el que había aparcado porque había cerca una puerta. Ahaaaa….con eso venia en la cabeza, ¡¡lo sabía yo!! Miré el reloj y él me dijo que si nos íbamos…claro. Pagó los cafés y subimos a la otra planta para comprar los condones. Mientras andamos me dijo: “Tienes la virtud de excitarme tan solo con tu presencia … estoy empalmadísimo ahora mismo. Debería de haberme puesto un empapador porque me tienes chorreando” Mmmm, esa imagen bajo su pantalón, volvió a activar mi coño … me la voy a comer dura y chorreante. ¡¡Quiero llegar al coche, ya!!

Para bajar al parking cogimos el ascensor … ¡¿que tendrán los ascensores?! Ahí sí que fué él por unos segundos … se lanzó a mis labios y me hizo chorrear de deseo. Nos queríamos probar, necesitábamos probarnos. Me mostró su coche … un mono volumen amplio y espacioso justo aparcado al lado de una puerta de paso y tampoco era una zona oscura, pero … bueno, tendrá que ser ahí. Coloqué mi bolso y mi abrigo en el asiento delantero, subí en la parte de atrás para apartar las sillitas de niño  y ponerlas en el asiento de delante y cuando me había sentado en la parte de atras del todo le dije que entrara. Apoyó su espalda contra la ventanilla y le comí los labios ardientemente mientras desabrochaba su pantalón. Él me quería ayudar … estos pantalones modernos tienen demasiados botones, pero no hizo falta. A los pocos segundos tenía esa polla en mis manos, dura, deseosa de coño o de boca … hoy iba a tener boca. Él me desabrochaba la blusa mientras tanto para acceder a mis pechos, le dejé a medias con eso porque baje mi cara a su entrepierna. Metí toda su polla en mi boca, muy adentro, al fondo, succionaba con ansia, chupaba, no iba a aguantar mucho y, efectivamente, me avisaba de que se iba a correr. La quería en mi boca, quería beberme su leche y seguí chupando con más ganas, sin tocarla con mis manos. Cuando la noté al fondo de mi garganta una de las veces, oí como decía “¡¡¡que cabrona eres!!!” Mientras su leche regaba mi campanilla. ¡¡Como lo disfrutamos!!

Subí a besarle, el quería darme placer y sabe que solo con acariciarme los pezones puede conseguir mi orgasmo, así que comenzó a emplearse, mientras yo no dejaba de tocarle la polla. No había dejado de estar dura, así que, en cuanto gemí de gusto y placer exponiendo mis pechos para él y alcancé un orgasmo, baje a chuparla de nuevo. Me estaba empleando cuando vi una sombra cerca del coche … un hombre había aparcado y salía justo por la puerta que teníamos enfrente. Me quede con la polla en la boca, muy quieta y lo más abajo que pude para que no detectara movimiento … ¡¡uyyy casi nos pillan!!

Mientras chupaba, mis pechos agradecían el tacto de sus manos y me corri un par de veces más. Él volvió a echarme su leche en mi boca a los pocos minutos … ¡¡es un maquina!! Pero yo no podía dejar de tocarle … la situación, el morbo, la necesidad. Él tenía una cara de felicidad…ahí, tirado en su coche…con el traje abierto, el pantalón bajado, su polla erecta…¡¡a mi merced!! Si el coche no hubiera estado tan expuesto le habría follado, habría bajado mis pantalones y le habría cabalgado en su coche, con mis tetas en su cara. Los dos imaginamos eso, por lo que nuestra excitacion no bajaba aunque nos hubiéramos satisfecho ya… queríamos más. Pero no podía ser.

Rodrigo me dijo que ya se había corrido … no sé si quería que dejara de tocarle o no, pero su polla no me decía lo mismo, seguía ahí, tiesa, así que la meneé con mi mano, hasta que conseguí su tercera corrida. Esa sí que por su vientre cayó y tuve que buscar algo para limpiarnos y no liarla mucho con su traje, que tenía que hacer unas cuantas visitas en la mañana. Tal y como le había prometido el día anterior, me dediqué a él, no tocó mi coño en ningún momento…no comprobó mi humedad, lo encharcada que estaba pero, ¿sabéis? Seguro que logré que para nuestra cita en Sevilla de la siguiente me yuviera muchas más ganas. Juego con eso, me encanta y creo que a él también.

Mi Rodrigo va a cambiar de coche… me apetece mucho estrenar coche con él, pero lo estrenaremos follando. Seguro, seguro que os cuento como será ese estreno de coche.

Por Estefanía Mor: 40historias de sexo

 

 

 

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