Como si el rechazo no fuera suficientemente malo, hay quienes lo hacen de la forma más cruel

Si pensabas que hacer un ghosting era lo más feo que se puede hacer para romper con alguien, prepárate porque se acerca un hábito aún más cruel: ¡el Mosting!

El gosthing, para aquellos que no lo saben, es esa práctica aberrante con la que el chico o la chica con el/la que estábamos saliendo, y con el/la que parecía que todo iba de maravilla, desaparece del día a la mañana sin dejar rastro y sin explicación. Con lo que te quedas con el corazón roto y encima navegando entre la incredulidad y la confusión.

¿Qué valientes, eh? Pues prepárate, ¡el mosting es mucho, mucho peor!

Porque en este caso, el «moster» primero te hace creer que eres el amor de su vida, su otra mitad. Te hace sentir  que está completa y locamente enamorad@ y que lo que hay entre vosotros es único y verdadero. Así que bajas la guardia, abres tu pequeño corazoncito y con el tiempo se rompe en mil pedazos cuando él/ella va y desaparece…

En resumen, que se hacen pasar por unos don juanes de pacotilla, solo para meterse en tu cama y una vez  conseguido, pufff se largan sin decir ni «mu»… ¡qué estilazo, sí señor!

Cómo inentificar un «monster»

En su mayoría, los seguidores de los mosting (por desgracia, no pocos) utilizan esta práctica con el único propósito de tener una aventura de una noche con alguien que les gusta. Así, el «moster» adula a su «presa» y le dice lo que quiere escuchar, simplemente para lograr sus objetivos.

Algunos no lo hacen con crueldad sino por cobardía. Inicialmente, convencido de que la magia funciona y que entre vosotros puede haber una historia hermosa, pero retrocede cuando se da cuenta de que ha cometido un error de evaluación. Y por eso prefiere desaparecer antes que enfrentarse a la reacción de la pareja. Una verdadera falta de madurez, combinada con el desprecio hacia los sentimientos del otro: en resumen, ¡quedar a la altura del betún!

Cómo protegerse de un «moster»

Desafortunadamente, estos terribles hábitos que rodean el mundo de las citas online no son más que el reflejo de una época dónde reina el terror al compromiso (sentimentalmente, económicamente, laboralmente …) y una generación incapaz de asumir responsabilidades o hacer sacrificios.

Para nosotros las mujeres, a las que nos «implantaron» la idea de que tarde o temprano encontraremos al Príncipe Azul con quien comenzar una familia y ser felices para siempre, nos es más fácil caer de cuatro patas  ante qualquier tipo que nos guste y que parece que nos corresponde (el «moster» zalamero y engatusador), no podemos evitar montarnos la película, sentir las mariposas en el estómago y pensar: «¿y el anillo pa’cuándo?»…

Pero, ¿es inevitable caer en su red y terminar con un corazón roto? Si y No. Lamentablemente no podemos evitar sentir algo por alguien. Sin embargo, ¡ALERTA! sí podemos mantener un ojo abierto y no creer a pies justillas todo lo que nos prometen ya en la primera o segunda cita. Después de todo, el amor, el verdadero amor, es algo que se gana con el tiempo.

 

También te gustará: el Orbiting