¿Quien quiere follar conmigo en San Valentín? ¿Quien es San Valentín?? ¿Ese angelito con arco y flechas que nos atraviesa el corazón?

Esta claro…mañana mi coño se queda virgen. Entre otras cosas por que aprendí a follar sin amor hace unos cuantos años, lo hago por vicio, por gusto, por disfrute, goce y, además…todos mis amantes ahora mismo son casados y se deben a sus esposas…y bien digo “esposas” no mujeres, ni compañeras… ¿que por qué digo esto? Pues porque hay muy pocas parejas hoy en día que no se sientan “esposados” el uno al otro, se mantienen con el deber de asistir al otro pero con los pensamientos puestos en otra o en otras personas. Es una elección, la respeto, pero apuesto a que son muy pocos los que se sienten libres teniendo pareja, y la libertad es algo que no se debe perder nunca. Y ¿eso qué significa? Pues que mañana esas mujeres demandan atención, detalles, regalos…. y ellos, se los darán. Y de lo que no se dan cuenta es de que lo que vale es de que las follen con deseo y ansia, toooooodos los días de su vida.

No os voy a negar que tengo mi punto romántico, me gusta que tengan detalles conmigo, que me regalen flores, algún juguete erótico….jajajaj en serio, sí, me gustan los detalles como cortejo, los que salen de verdad….de los que si estas comiendo y hay una flor en la mesa, me la tiendas posando un beso en ella y entregándomela en muestra de pasión y deseo.

Después de eso, vámonos donde quieras, levántame la falda, apártame las bragas, gírame hacia la pared, empuja mi espalda hacia adelante y restriégame tu polla por mi culo para que vea que estás súper cachondo y, sin mediar palabra introdúcemela para que gima de placer, grite y experimente un orgasmo brutal en los segundos que tardas en follarme por detrás, con las bragas apartadas a un lado.

Cuando me vuelva para hacerte la mejor mamada que recuerdes, de rodillas y me eches toda tu leche por la cara, subiré a la altura de tu cara y te diré mirándote a los ojos: “gracias por la flor”

¡¡Feliz San Valentín a tod@s!!

Por Estefanía Mor: 40Historias de Sexo

 

 

 

También te gustará: Erotismo sobre la mesa del despacho