Desde el juego de roles hasta los juguetes sexuales y la dominación, puedes explorar tu vida sexual de muchas maneras. Las nalgadas eróticas son uno de esos juegos. Además de ser excelente para condimentar las cosas en la cama, podría ayudarte a acercarte más a tu pareja.

La comunicación primero

Si bien la espontaneidad no tiene nada de malo, es más inteligente hablar primero sobre tu deseo de que te azoten  y no en el calor del momento. Habla sobre lo que quieres (y no quieres) y discute los respectivos límites.

Encuentra la posición ideal

Lo mejor que puedes hacer antes de comenzar es elegir una posición que sea cómoda para ambos. Las posiciones más comunes son a cuatro patas o simplemente acostado sobre las rodillas del azotador, con las nalgas hacia arriba. Pero hay otras posiciones que facilitan el acceso a los glúteos. Por ejemplo, el receptor puede acostarse boca abajo o ambos pueden ponerse de pie. Algunas personas van tan lejos como para invertir en un banco de azotes, un mueble a cuatro patas en el que la pareja se acuesta durante los azotes.

Nalgadas en el lugar correcto

Se dice de una buena nalgada que nunca debe ser brutal, sino picante.

Para que vaya lo mejor posible, se recomienda no azotar ciertas zonas. Los muslos o el cóccix son parte de ella. Para que tus azotes sean exitosos y agradables, deben concentrarse en el área donde hay más carne.

Crear anticipación entre cada azote

El propósito de los azotes eróticos es despertar los sentidos de la pareja azotada. Es mejor no encadenar los azotes a la velocidad de la luz. Por el contrario, después de los azotes, tómate todo tu tiempo para que su imaginación se deje llevar. ¿Por qué no acariciar sus zonas erógenas o rozar sus glúteos con la palma de la mano? ¿Quieres impulsar la anticipación aún más? No hacer nada en absoluto durante un tiempo. El azotado esperará con impotencia cuándo y dónde ocurrirá el próximo impacto.

Variar los placeres

Una mezcla de sensaciones dulces y calientes hará que tus nalgadas eróticas sean mucho más memorables. Para variar la intensidad, alterna entre azotes, presiones, caricias… También puedes utilizar una intensidad diferente entre cada azote. Recuerda que todo depende de cómo orientes tu mano. Esto marcará una gran diferencia en la sensación e incluso en el sonido de tus azotes.

Alternar entre diferentes sensaciones hará que tu pequeño juego sea más impredecible y más emocionante para el compañero de azotes.

Un imprescindible: la palabra segura

Aunque los azotes eróticos son una de las actividades más suaves del BDSM, siempre es recomendable definir una palabra segura. Y como durante los azotes no ves la cara de tu pareja todo el tiempo, la comunicación verbal es muy importante. Esta pequeña palabra de seguridad es muy útil en caso de que las cosas vayan más allá de lo que consideras aceptable.

No solo con las manos

No hay nada como una buena mano experta para azotar con gracia, pero ¿por qué no considerar atreverse con nuevas herramientas?

Porque sí, tu casa está llena de pontencialesjuguetes: un cepillo para el pelo, una espátula, una raqueta de ping-pong, un cinturón…. Todo puede servir siempre y cuando no olvides las reglas fundamentales: vas poco a poco, compruebas que la pareja sigue bien y usas la palabra de seguridad para parar si es necesario.

 

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