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Él, con voz sosegada y tranquila pudo hacerse con la situación, parece que tal y como lo gestionaba eso sucedía bastante a menudo. Yo pensaba, mientras tanto: “Que necesidad tengo yo de estar aquí!!! Estefanía, vete!! si, además, te han dejado claro que no vas a catar polla.. no tienes porque aguantar eso” Pero, la verdad es que aguanté el chaparrón como una señora y al final me puede el espíritu cotilla que todos tenemos de querer saber como acaba un asunto y, si es en primera persona, mejor que mejor. Al rato, siguió la charla entre los tres, yo intentaba desviar el tema para que se olvidara pero tenía que hacer algo ya: o irme o follármela.

El se levantó al baño y cuando desapareció,  aproveché para comerle la boca. Temía su reacción pero se entregó al beso. Cuando él se presentó en su asiento de nuevo, estábamos besándonos y yo metía mano a sus pechos, pequeños pero bonitos. Cuando le vió, le instó a que estuviera muy cerca de ella y él dijo que nos fuéramos a la cama.

Se tumbó ya desnuda, tenía un bonito cuerpo que ya había adivinado con su vestido puesto. Yo me quité los zapatos, la ropa y dejé mi tanga puesto. Me lancé entre sus piernas mientras él se movía alrededor de la cama observando. Me estaba fastidiando que no pudiera meter mano a mi culo ahora mismo en pompa esperando un toqueteo ansioso… pero bueno, me centraré en lo que tengo delante. Un coño afeitado perteneciente a una mujer que volvío a reiterar que ella era la que tenía que recibir todo el placer. Suspiro ahora mismo mientras escribo y recuerdo mi sensación… esas cosas me sientan mal si no las se con anticipación y puedo tomar mis propias decisiones. A lo mejor sí me apetecía ir para darle solo placer a ella pero.. y yo??? me hacía sentir como una puta y encima sin cobrar. Podría haberme inventado una tarifa en ese momento para eso y a lo mejor yo me sentía mejor. Lo olvidé para centrarme en su coño.

Acerqué mi cara lentamente hacia su cuerpo, la subí hacia su pecho, sus pezones me esperaban. Mi lengua lamió despacio para estremecerla aunque estaba más pendiente de donde estaba él y qué hacía que lo que yo le proporcionaba en ese momento. También me molestó, pero yo seguí. Rozando mis labios por su cuerpo, terminé llegando a su pubis. Ahí lo tenía, para mí, para disfrutarlo y ella soltó un gemido cuando mi lengua alcanzó su clítoris. Lo chupé, lo absorbí, jugué con él, con mis manos abría sus piernas para que me dejara entrar más con mi lengua. Introduje uno de mis dedos, no estaba muy mojada, pero claro, no puedo pretender que todas las mujeres sean como yo, tipo charco. El dedo se abría paso en su coño, entraba y salía mientras mi lengua chupaba todo lo que allí se podía chupar. Ella se retorcía y mi culo seguía en pompa. De vez en cuando mi mirada se dirigía al hombre presente para ver su reacción, se estaba poniendo muy cachondo y se que sufría por no poder meterme mano pero su chica se lo había dejado muy claro.

Después de un rato saboreándola decidí que era momento que ella también hiciera algo, así que le pregunté que si quería aprender a comer un coño. Asintió, sin mucho entusiasmo, pero entonces le pregunté a él mientras me tumbaba en la cama boca arriba mientras sacaba mi tanga del sitio: “¿Quieres ver como tu chica aprende a comerme el coño?”. A lo que él respondió que sí, que quería verlo. Yo le dí, además una idea. Que podría follarla mientras lo hacía. Así que ella se puso a cuatro patas, con el culo en pompa mientras acercaba su boca a mi clítoris deseoso de recibir placer. Me encantó sentirla ahí. Mis caderas se elevaban y se movían para facilitarle la tarea. Estaba muy pasiva, chupaba, lamía pero sin gran intención. Le ayudó un poco que le metieran la polla hasta adentro. Después de vérsela me alegre pues no era de gran tamaño ni nada del otro mundo así que, tampoco me iba a perder gran cosa sin catarla pero parece que a ella si que la hacía feliz.

Saber que estaba siendo follada me puso como una moto, los empujones para que su polla se adentrara en su coño una y otra vez hacían que su boca masajeara mi punto de placer y se pusiera a mil por hora. Agarré la cabeza de ella para hundirla en mi coño y no dejara de chupar mientras me tocaba un pezón girando y girando mis caderas cachonda perdida buscando el orgasmo. No quería que acabara ese momento de excitación para mi. Ella no estaba disfrutando mucho, o no lo exteriorizaba pero tenerla ahí, aprisionada contra mi con mi mano y atrapada con la polla por el otro me hacía excitarme muchísimo. Finalmente lo grité: “Me corro!! me corro!!! me voy a correr!!! que bueno!!! sigue, sigue, sigue chupando!! no pares!!!! “ Él aceleró su ritmo de follada con lo que los choques de ella contra mí eran más fuertes y yo me corrí como una loca.

Bueno, yo ya había conseguido mi orgasmo. ¡Maricón el último! jajajajajaja

Entonces hubo un cambio de postura, él se tumbó y ella comenzó a cabalgarle pero no le miraba a él, sino que lo hacía mirando hacia mi, con sus piernas muy abiertas. Era bastante sosa follando, la verdad, pero bueno. Me invitaba a que le comiera el coño de nuevo, así que lo hice. Justo debajo de mi barbilla estaban los huevos de él. Mi lado diablillo de activó. Sabía que no iba a ser del agrado de ella pero se que eso a él le iba a poner supercachondo así que, tapada con mi cabeza, fui acercando una de mis manos a sus huevos y comencé a masajearlos. El ritmo de sus caderas se aceleró, sabía que le estaba gustando y seguí haciéndolo mientras saboreaba ese coño follado por su polla mientras subía y bajaba. De vez en cuando, mi lengua también tocaba su polla a propósito pero, la verdad es que es bastante difícil comer un coño follado sin tocar la polla que lo está haciendo. Y si alguien lo consigue, que me lo explique….

No se como lo supo pero, de repente, pegó un brinco, sacó la polla y se sentó en la cama mirándole acechante y gritando: “¡¡¡ Te está tocando !!!, ¡¡¡he dicho que no quería que lo hiciera y estás dejando que te toque!!!!”

  • Cariño, es muy difícil estar ahí comiendote y no tocarme, no está haciendo nada, le contestó él
  • ¡¡¡Pero, he dicho que no quería que te tocase!!!

Yo le dije lo mismo, sin querer echar más leña al fuego y sin contestarle lo que realmente pensaba que era que se lo podía quedar con patatas, que vaya manera de follar sosa que tenían los dos y que la tenía pequeña. No lo dije pero, me levanté, me vestí mascullando que no me creía que eso estuviera pasando de verdad. Que era increíble que alguien que quería hacer un trío no dejara ni rozar a la otra persona.

Cuando terminé de vestirme, les dí un par de besos a los dos en las mejillas y me despedí como una señora deseándoles mucha suerte, mientras él hacía que ella entrara en razón porque había entrado en bucle y se había cabreado sobre manera con él. Creo que hoy la iban a tener gorda a costa de querer jugar conmigo. Pero, el que juega con fuego, se puede quemar y ellos, se quemaron.

Salí a la calle y el calor me dió una gran bofetada. Era ya casi de noche pero la temperatura en Madrid era agobiante. Y… que hago ahora? Arreglada, cachonda… sin plan B y los locales de intercambio cerrados… Mmmmm …. voy a llamar a mi amiga Ana a ver por donde anda y si está de copeo por ahí. No será plan de folleteo pero unas risas tengo aseguradas.

A los pocos minutos el chico me mando un whatsapp pidiéndome perdón por la situación y diciéndome que no sabía por qué se había puesto ella así. Pero yo si lo sabía, él no había sido sincero en ningún momento con ella y eso pasa factura. Le dije que la próxima vez supiera a quien tenía al lado para proponer planes a otra persona que tuviera que hacerse 130 km para pasar un rato “agradable” después de estar trabajando todo el día. Y ahí terminó el asunto. En el fondo creo que él se moría de vergüenza.

En el camino hacia el lugar donde habíamos quedado, mientras conducía, le hice una llamada telefónica a Ángel y le conté lo que me había pasado. Flipó, claro, pero también vio con la filosofía con la que me tomo las cosas. Todo son experiencias, de todo se aprende y todo sirve. Solamente hay que extraer lo positivo y hoy voy a terminar de risas, habiendo hablado desde el corazón con el hombre que me gusta y satisfecha conmigo misma. ¿Que más se puede pedir?

Desde aquí solo voy a recomendar algo a las personas en general. Las mentiras tienen las patas muy pequeñas. No nos damos cuenta pero nos acostumbramos a ocultar o no decir verdades para que otra persona no se moleste o no se incomode o para conseguir nuestros propósitos pero…. antes o después las cosas se saben. Hay que ser sinceros, primero con nosotros mismos, planteándonos qué es lo que buscamos y queremos y cuando ya lo sepamos intentar buscar lo que otro quiere, sin tapujos. Tendemos a que, cuando conocemos a una persona, no sepa todo de nosotros por que no sabemos si le va a gustar pero, cuanto antes sepa todo, sabremos si es la persona adecuada para, si no es así, seguir buscando….

Esa noche mi satisfyer tuvo un gasto de pilas considerable… estuve cachonda toda la noche… uffff

 

Por Estefanía Mor de 40 Historias de Sexo

 

 

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