Imaginándole desnudo ante mí –

Jesús y yo nos conocemos desde hace muchos años (uffff ¡ya 9 años!)… Mucho tiempo hablando, contándonos intimidades como grandes amigos que somos y también excitándonos mutuamente con nuestras palabras.

Yo tenía ganas de que viniera a mi trabajo, enseñárselo y sorprenderle. Cuando llegó a mi despacho, mi corazón comenzó a palpitar más rápido que antes y noté como me humedecía poco a poco cada vez más… Estaba guapísimo… interesante… atractivo… ¡uffff!

Se sentó enfrente de mí y se remangaba la camisa de manera insolente, sabiéndose atractivo, seguro de si mismo … me tenía a mil, mojada y con palpitaciones que notaba tanto en el corazón como en mi sexo.

Hablamos como viejos amigos que somos, incluso le pregunté por su amante de la que me contaba de vez en cuando cosas, jaja, y llegados a ese punto, recuerdo que me enseñó un video que le había enviado ella con sus nuevas tetas, ummmmm, menuda mujer espectacular, sensual y sexual, menudas tetas se había puesto y que morbosa me pareció. En ese momento me imaginé un trío con ellos dos y se me quedó la boca seca de deseo.

Seguíamos hablando y mi mente se evadía de vez en cuando imaginándole desnudo delante de mi, duro, erecto, insolente, como diciéndome: “Aquí estoy, ante ti, todo morbo Jade ¿te atreves?”

Yo notaba que por momentos me distraía más y no seguía una conversación muy coherente. Me levanté de mi mesa con la excusa de ponerle una copa de vino y así salir un momento del despacho para refrescarme la cara y recuperarme. Cuando me volví a sentar me dí cuenta de que no había servido para nada mi “paseíto” porque seguía deseándole intensamente, le seguía imaginando mostrándose ante mí como diciéndome: “Ven, cógela, disfrútala, está así por y para ti Jade ¿la quieres?”

Yo me pasaba la lengua por los labios, mi corazón seguía acelerado y notaba las bragas muy mojadas y en ese momento me hubiera levantado y habría hecho alguna locura… pero no estábamos solos, había gente por la oficina y tenía que calmarme, pero era imposible… me imaginaba que él estaba tan excitado como yo y con las mismas ganas de follar que yo tenía y pensé que me decía: “Vamos a disfrutar, acércate Jade ¿tu también lo quieres como yo?”

Fue tremendo, la tarde fue una dulce tortura deseándole, excitada, morbosa…

Me encantaría que hicieras de modelo erótico para mí… tú posando y yo fotografiándote y después… disfrutarnos el uno al otro, ummmm, espero que sea pronto.

Hasta pronto, besos húmedos.

Las pasiones ocultas de Jade  por Laura Soto disponible en Amazon