¡Y por fin llegaron las ansiadas vacaciones! Después de todo un año trabajando y soñando con el verano, llegó el día de dar carpetazo, preparar la maleta y esperar lo mejor de esos días planeados con la pareja. ¡Te lo mereces! Pero, ¡ay, amigxs! No todo puede ser siempre risas y diversión …¿o sí? Puede que no estéis acostumbrados a pasar tantas horas juntos y en algún momento os sintáis agobiadxs; o a lo mejor el hotel no es lo que esperábais y os entra mal humor; o hace un calor de mil demonios y estáis agotadxs … Si no queréis que todo esto, y/o más, os afecte y vuestras vacaciones acaben siendo una olla a presión, aquí van unos consejitos para evitar peleas y «paséis de todo», que a fin de cuentas, ¡aquí se ha venido a disfrutar!

1. Minutos personales

Durante la semana, la monotonía y la rutina hace que tengáis ganas de llegar a casa, estar con vuestra pareja, poneros al día y disfrutar de una cervecita juntos o esa serie que tanto os gusta. Pero cuando lleváis 3 días sin despegaros y viviendo las misma anécdotas … ¡la cosa cambia! Para evitar agobiaros el uno del otro, es importante guardaros vuestros ratos y espacios personales. Ir a esa clase de yoga mientras él se echa la siesta; ponerse al día con ese libro que cargas mientras el/la otrx se da un paseo … eso, además de saludable, os mantendrá en equilibrio y avivará las ganas de estar juntos.

2. Flexibilidad y comprensión

A ti te apetece ir de excursión y ver esos monos y pájaros que sólo vas a poder ver ahí, pero tu pareja prefiere quedarse tumbadx en la hamaca «descansando». Un dia vale, ¡pero todas las vacaciones no puede ser así! Tenéis que acordar actividades, hacer lo que a cada uno le guste y pasarlo bien ¡los dos! Un día te tocará a ti ponerte la aletas y la careta de buceo cuando tu lo que querías era tostarte al sol; y otro día él te acompañará a hacer esas compras exóticas mientras hubiera preferido echarse la siesta. Hay que balancear gustos, hablar y hacer tratos para que ninguno de los dos deje de hacer lo que le apetece durante las vacaciones, ¡que son de los dos!

3. Al mal tiempo, buena cara

La habitación que os han dado en el hotel parace sacada de «Motel Bates»; el buffet libre es un concurso de glotones, con empujones incluidos, para ver quien puede llenar más su plato sin que se le caiga una patata hasta llegar a su mesa; el día de la excusión se pone a llover a cántaros; o los delfines con los que teníais que nadar ese día, tenían otros planes …en fin ¡nada sale como esperabas! Ante estas situaciones hay dos opciones: lamentarse hasta la saciedad y acabar de morros con la pareja (alguien lo tiene que pagar, ¡claro!) o reirse de las circunstáncias y sacarle el máximo jugo posible, siendo cómplices de esa situación almodovariana. Creemos que reírse es siempre una buena opción, ¿no? Piensa en la de anécdotas que tendréis para contar a los amigos y las risas que os echaréis cada vez que recordéis a esas gambas de 200kg en bañador engullendo como si no hubiera un mañana.

4. Vive el momento

Seguramente se quedó algún marrón de última hora pendiente en la oficina o algún familiar se cayó y se rompió la pierna y pasa el verano escayolado … es normal, y decente, preocuparse por eso. Una llamada al despcho o a ese familiar para ver como va todo, ¡es lo que toca!, pero pasarte todas las vacaciones pendiente ¡no! Habéis decidido pasar este tiempo juntos y disfrutarlo ¡juntos! Haz caso a tu pareja, préstale atención, olvida el FB, el IG o cualquier otra red social que te quite más tiempo del necesario, ¡tu pareja te lo agrecerá y tu bienestar será recompensado!

5. No te flipes

Que sí, que sí … que llevas todo el año planenado las vacaciones y os han costado un ojo de la cara, o sea, ¡que tienen que ser la repanocha, por narices!… Pero tener unas expectativas muy altas puede resular frustante y decepcionante. Por supusto que hay que ilusionarse y tomárselas con ganas, ¡muchas ganas! pero lo mejor es estar abierto a lo que venga. ¡Esa será la mejor predispoción para pasar las mejores vacaciones! No te ralles si no hacéis el amor como animales cada día en la playa iluminados por la luna, la habitación con el aire acondicionado, tampoco está nada mal; o si no acabas teniendo ni una sola foto en la que no salgan 38 cabezas más (ir a NY en agosto, ¡es lo que tiene!) Las vacaciones son para ser feliz y esa es la mejor expectativa, ¡déjate llevar!