Mariví, 48 años, nos explica cómo se inscribió en Gleeden.com.

Para ser franca, cuando leí un artículo sobre Gleeden.com, mi primera reacción fue mala. No entendía la ironía de este tipo de negocio. ¿Cómo pueden promocionar el adulterio? ¿Qué clase de gente puede inscribirse? Pero luego vi un anuncio humorístico que me hizo sonreír y decidí prestar atención.

Soy una mujer felizmente casada con 2 maravillosos hijos que ya no viven en casa. Llevo 23 años casada con mi marido. Es la persona más buena y cariñosa que conozco. Aunque, como muchas parejas, al final de los años el sexo no era tan bueno como al principio. Por lo menos no tan a menudo… Me sentía muy querida y afortunada, pero en la cama hacía meses que no habíamos hecho el amor. Me empezaba a agobiar. Él volvía muy tarde del trabajo, y con el ambiente general de la calle, más lo duro que se pone todo.. No estaba nunca de ánimo para momentos íntimos, ligeros…

Entonces un día por curiosidad miré Gleeden por internet. Por lo visto, parecía una comunidad hecha para mujeres, el sitio tenía un aspecto muy elegante y V.I.P.. Entré en confianza y como era totalmente gratuito no tenía nada que perder. Esperé a que mi marido se fuese al trabajo, me encerré en el despacho y adelante. ¡Todo el jardín del Edén para mí!

Al principio me moría de miedo. Primero porque me culpaba un poco y segundo por el miedo a que alguien conocido me reconozca. Pero bueno, pensé que no hacía nada malo en mirar… es como observar un hombre elegante en la calle. Y siempre digo: “no es porque uno está a dieta que no puede mirar el escaparate de la panadería…”

Así que me registré en Gleeden. Una vez mi perfil creado, muchos hombres venían a hablar conmigo y parecía un poco agobiante hasta que cambié mi texto de presentación.

Con unos filtros y un poco de tiempo conseguí elegir los hombres con quien quería hablar. Encontré todo tipos de personas. Era muy agradable charlar con ellos, me di cuenta de que en 23 años de matrimonio, había olvidado un poco cómo hablar a las hombres y también escucharles. Solamente le hablaba al mío, y de los problemas diarios. La gran mayoría del tiempo no era para seducirle sino para hablar de los hijos, del trabajo, incluso para pelear.

Para mi Gleeden es un jardín secreto donde por un momento no soy ni madre, ni ama de casa, solamente una mujer charlando con un hombre en la misma situación que yo. No un loco, o un pervertido ni alguien desesperado por casarse. Todavía no he encontrado nadie. Igual un día ocurrirá pero de momento no me hace falta. Me he hecho “amigos”, me seducen y me permiten volver a ser la mujer atractiva que era antes.

Con mi esposo, hemos decidido que saldríamos de casa cada viernes, y más de una vez le espero del trabajo en lencería fina…

Mariví