Mariposa, 37 años, describe su primer encuentro con un hombre casado

Creo que antes de ser esposas éramos mujeres atractivas y sensuales. ¿Y ahora qué ? Un polvo para San Valentín, otro nuestro aniversario y poco más…

No es una gran novedad decir que el sexo entre una pareja (aunque joven) va empeorando con los años de convivencia. Compartir el baño, el aliento de la mañana, los problemas en la oficina, la educación de los niños, mi suegra … Todo ayuda a que la vida sexual de una mujer de 37 años, madre y esposa se reduzca a cero.

Lo peor es que nuestros maridos se pueden permitir mirar a las chicas de la edad de sus hijas en la calle. Ellos sí que ligan con las compañeras en la oficina, con la vecina en un bar, con la camarera en un restaurante, y una vez en casa todavía sueñan con Scarlett Johansson. Y peor, ¡les pillas de vez en cuando delante de una peli porno!

¡Yo también quiero una sexualidad plena!

Decidí ponerme en Internet e ir a buscar a mi señor Grey. Aunque no le encontrara, por lo menos tenía ganas de una experiencia epistolar. Es más fácil en la oficina, aunque hay que ser discreta. Al final miraba mis correos en la bañera, me hacía un baño muy caliente con espuma, una vela, un poco de música y mi teléfono móvil.

Pero el problema es que encontré a un hombre muy carismático. Me seducía día tras día, tal como lo había hecho mi esposo al principio. Empecé de repente a tomar muchos baños y gastar muchas velas… Teníamos conversaciones muy íntimas, a veces hablábamos incluso de sexo. Hasta que surgió. Me lo pidió, me quería ver, necesitaba abrazarme y mirarme a los ojos.

Madre mía… ¿Qué hago? No podía resistir, pero no quería tampoco comprometer mi familia.

Decidí ir por la tarde a un café público lleno de gente con la intención de aparentar ser viejos amigos. No hice un esfuerzo especial para ponerme guapa, fui muy natural con una aprensión tremenda y ninguna ganas de ser infiel. Al ir pensé: “igual tiene la edad de mi abuelo, igual es una mujer… ¡peor! ¡¡¡Igual es mi esposo!!!

¿Y si es una trampa de mi marido? Le llamé directamente un poco alterada, le pregunté dónde estaba y me tranquilizo. En lo peor de los casos, si me pillan puedo decir que venía aquí a esperar a una amiga, o directamente que no espero a nadie.

Llegué al restaurante con el corazón palpitando, no pensaba que iba a sobrevivir a esto y de repente le vi. Era como me había dicho. Muy elegante… Todo me parecía erótico en él. Había olvidado lo que era sentir la pasión de una primera cita. Fue un día magnifico, de los que no se olvidan, estoy muy contenta de haberlo compartido con este hombre.

No nos volvimos a ver, no tengo tiempo de tener un amante. Por supuesto estamos todavía en contacto, hoy es más bien mi confidente, y yo la suya. Puede ser que le vuelva a ver algún día para volver a sentirme especial por un momento…