La tesis de la sexperta Nadia Bokody: tener sexo siempre con la misma pareja va contra natura.

Tener relaciones sexuales con la misma persona todo el tiempo, quizás durante toda la vida, no es natural.

Esto es lo que argumenta con fuerza la periodista y experta sexual australiana Nadia Bokody: la monogamia no forma parte del ADN humano. En efecto, tener relaciones sexuales con la misma persona, durante todos los días de la vida, va en contra del comportamiento y de la naturaleza humana, ya que la fidelidad no es una propensión natural.

No solo eso, según la sexperta australiana, el concepto de monogamia, y por ende del matrimonio, no se alinea con la sociedad moderna porque la unión de una pareja oficial contempla el concepto de posesión: un concepto arcaico y obsoleto en abierto contraste con los tiempos actuales, donde la interacción es en cambio rápida y rápida.

Vivir toda la vida junto a una sola persona implicaría, en cambio, un sacrificio de resistencia, en abierto contraste con la deriva egoísta y egocéntrica del individuo en la sociedad moderna.

Según Bokodi, el matrimonio es también una institución obsoleta que ya no refleja la sociedad occidental: el matrimonio simboliza, de hecho, el paso de una mujer de la familia del padre a la del marido, de la hija a la esposa. Un sacramento que no hace otra cosa que objetivar a la mujer, privándola metafóricamente de su independencia y transformándola en la mercancía de un intercambio celebrado frente a otro hombre: el sacerdote.

La vida de soltero, salpicada de múltiples relaciones de corta duración, o la relación abierta, sin la opresión de la monogamia, son para Bokodi más acordes con la evolución del ser humano en el siglo XXI. Una visión de este tipo, dice, evitaría el peligro de los celos, la sensación de posesión y la violencia que podría surgir si estos sentimientos se exacerban.

Según Bokodi, en realidad, lo que se cuestiona es solo el tipo de vínculo que los individuos establecen entre ellos, y no, en cambio, el amor en sí mismo, que puede vivir fuerte e intenso independientemente del tipo de relación que se establezca.

 

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