El amor y el deseo, enturbian la mente, se adueña de todos los sentidos y esta noche mí cama huele a ti, un placer infinito, recorre todos los míos, en conjunción con un enorme vacío, que se instala sin quererlo y se hace el amo de los sentimientos.

Hacer el amor contigo de una y mil maneras posibles, con una pasión que se desborda, es lo que me da aliento, nada normal, fundiendo deseos, mente y emociones.

Quisiera capturar el tiempo y que sigas haciéndome gemir y nunca llorar, que me abras las piernas y no heridas en el corazón, que acortes las distancias y avives el fuego que habita en mí. Sigue haciéndome temblar y humedecer con la mirada, mientras introduces tus dedos en los lugares más prohibidos de mi cuerpo y que tus ojos claros sean como el mar que estremece cualquier playa.

Quiero que presiones mis pechos, que muerdas mi cuello, que tus manos no dejen de tocar ni un solo poro de mi piel y sentir la erupción del volcán de tus deseos, que estalles como un río de lava en lo más profundo de mi ser y que un orgasmo tras otro se manifieste, mientras me besas, y así descubrir, que sí, que el placer para el tiempo y te envuelve y que después la vida cotidiana tiene otro sentido.

No pienses en nada, embriágate de mí aroma, siente mi respiración, que nada arruine el momento, déjate llevar por lo que sientes y entrégate a la locura que me envuelve, siente mi calor, escucha como late mi corazón y como se retuerce mi cuerpo, bajo el peso del dueño de todos los deseos.

Arráncame la ropa y navega por mi cintura dibujando con tu lengua la forma de cada curva, métete entre mis piernas y resbala con premura, vagabundea por el camino que te lleva a la locura, disfruta, sacia tus anhelos mientras tatúas mi cuerpo de besos y siénteme gemir entre dulzura y locura, pasión y ternura.

Eres mi más húmedo sueño y la perversión de todos mis pensamientos, todo ello envuelto en una tormenta de sentimientos.

Los días pasan lentos, para volver a acariciar tu pelo, saborear el néctar de tus labios y morir sobre tu pecho, cerrar los ojos y captura el tiempo, nada más existe, ni el frío ni el calor, ni si es verano o es invierno, solamente el jadeo de dos cuerpos.

Tus labios recorriendo mi piel, no permiten que el corazón desacelere sus latidos, y que todo mi cuerpo se convierta en un verso.

Yo estoy hecha de pasión con sentimientos cálidos, envueltos en armadura de guerrero para no sufrir las posibles heridas de quererte como te quiero y no poder tenerte como no te tengo,

Sobreviviendo con la esperanza de volver a respirar tu aliento, alimentando ilusiones, cerrando los ojos y saber que estoy sobre tu cuerpo, que me acaricies el pelo y entre gemidos y jadeos, tocar el cielo con la punta de los dedos.

Quiero escribir en cada centímetro de tu piel, que seas ese cuento que no me canso de leer y cuando las dudas me asalten, baila con tu cintura sobre la mía, empújame con fuerza y dame calma, hasta que el éxtasis se haga dueño de mi mirada. Sé que hacerme disfrutar es tu juego referido.

Esto siempre será mucho más de lo que las palabras pueden expresar.

Quizá un pecado como yo, se merezca una tentación como tú.

Relato participante en la I Edición del Concurso de Relatos Eróticos «Muerde la Manzana»

 

También te gustará: II Edición del Concurso de Relatos Eróticos «Muerde la Manzana»