Una amiga, recién separada, con dos niños y cada día le picaba más el coño. En una reunión de trabajo que tuvimos, se apartó un momento para decirme: “Sálvame de esta vida, por favor… llévame un día contigo a un sitio de esos a los que vas”

No se que se deben de pensar todas mis amigas de lo que hago, pero debo de contarlo muy bien y debo de transmitir felicidad porque todas quieren venirse conmigo un día. Para Olga era como ir a hacer puenting. Tirarse al vacío, después de muchos años con el mismo hombre y sin tener ahora mismo ningún otro en perspectiva con la ansiedad que eso causa. Pensar que no tienes un polvo a la vista, agobia un poco… jajajaj, bueno, como ahora que, aunque tengas hombres disponibles, estando confinados no queda más que matarse a pajas.

Esto sucedió hace unos meses. Yo ya había establecido mi relación abierta con Jesús pero cuando le dije que me iba a ir con Olga a un local el martes por la noche percibí que no le hacía mucha gracia. Aún así, recogí a mi amiga y nos fuimos a ver qué se “cocía” por allí. Era un día entre semana, colocamos a los niños y salimos dispuestas a despeinarnos totalmente.

Los días previos Olga era un mar de dudas. Me tengo que llevar algo? cuanto vale la entrada? si no le gusto a nadie? que tipo de gente va? van chicas solas? solo hay parejas? … y, la que estoy segura que no se atrevía a hacerme ¿entre tú y yo sucederá algo?

Intentaba tranquilizarla, si por algo se que se anima hacer estas cosas conmigo es porque ofrezco confianza, tranquilidad y ella sabe que lo hago asiduamente y que si le cuento cómo son las cosas, es que son así. Aun con todo, cuando la recogí en su casa venía con una cerveza en la mano y decía que se había bebido otra en casa jajajaja, la pobre! necesitaba estar un poco contenta para “lanzarse” al mundo. Lo entendí y nos reímos juntas. Durante el viaje ella no paraba de seguir haciéndome preguntas.

  • “Olga, lo peor que puede pasar es que no te encuentres cómoda en el sitio al que vamos, si eso sucede, no tienes más que decirmelo, nos vestimos y nos vamos al bar de enfrente a tomarnos una cerveza como si hubiéramos salido a eso y, ya está! no le des vueltas a la cabeza. Yo, si follo, fenomenal, si no lo hago porque no te encuentres bien, nos vamos y no pasa nada, nos habremos dado un baño caliente en la piscina en buena compañía. Lo que quiero es que sea una buena experiencia para tí y que te lo disfrutes mucho”

Parece que mis palabras la tranquilizaron y cambiamos de tema por unos momentos aunque a ella seguro que le seguía rondando por la cabeza lo que iba a suceder en breve. Jesús llamó por teléfono y lo puse en el manos libres. Conocía a Olga de un día que habíamos quedado y nos deseó que nos lo pasáramos muy bien. Él iba a estar en casa acompañado y después yo ya no le podría llamar para contarle. Le noté inquieto, pero bueno, era la primera vez que iba a ir a un local sin él desde que estamos juntos ….

Llegamos, entramos a los vestuarios, nos desnudamos completamente, dejamos las cosas en la taquilla y nos dispusimos a hacer la ruta turística por el local: aquí esta esto… aquí está aquello… aquí está lo otro… no había mucha gente. Cuando ya hubimos visto todo, nos metimos en una de las piscinas. Somos las dos muy risueñas, así que hablabamos, reíamos y me di cuenta que los chicos que andaban por allí se empezaban a meter en la piscina también. Hubo uno que me llamó la atención pero, lo que me pasa siempre en estos sitios… creo que yo no les gusto a los que a mi me gustan, pero empiezo a darme cuenta de que me equivoco bastante. Alto, guapo, cara angulosa, polla… grande… estupendo!

photo of couple kissing while in a pool
Photo by Eduardo Simões Neto Junior on Pexels.com

Otro hombre, también con barba, se aproximaba también a nosotras. Olga se empezó a dar cuenta de lo que pasaba y yo me reía mucho. Estábamos una delante de la otra y yo le hacía gestos con la cara de que se tranquilizara. “No va a pasar nada que no quieras que pase”, le dije al oido.

Cruzamos palabras, risas, las distancias se fueron acortando. Las manos se fueron acercando a nuestros cuerpos. Fue casi simultáneo. Ellos no iban juntos, no se conocían, al principio yo creía que sí pero enseguida me dí cuenta de que no. Así que Olga vió como su cuerpo empezaba a ser acariciado por unas manos desconocidas mientras me miraba como pidiéndome aprobación. La miraba de vez en cuando pero yo ya estaba pendiente de que ese hombre en el que me había fijado tenía una de sus manos en mi entrepierna y me estaba gustando mucho.

Lancé mi mano rápidamente a su polla, está cachondo y no me apetece seguir en el agua. Entre otras cosas por que soy propensa a las infecciones de orina y si me tocan mucho en el agua, suelo caer fijo… pero claro, eso no se lo iba a explicar a ese muchachote nada más conocerle. Así que propuse salir del agua e irnos a una habitación. Olga y su hombre estaban trabajando la lengua. Se besaban apasionadamente mientras se metían mano. Muchos, muchos besos. A mi no me dieron ninguno esa noche.. curioso.

No quería dejarla sola pero, por otro lado, si se venía íbamos a compartir habitación y… lo mismo ella se sentía violenta, pero preferí eso, a dejarla sola. “Si, si, nos vamos”, me dijo asintiendo después de mirar al chico y buscar su aprobación con la mirada.

Salimos los cuatro del agua, nos secamos un poco y fuimos en busca de un sitio un poco más íntimo para encerrarnos. Bueno, eso de íntimo es relativo, la verdad, porque aunque te encierres siempre pueden mirarte por encima de la pared o si dejas la trampilla abierta, meter la mano… oir los gemidos… me encanta que así sea, de hecho.

Nos colocamos sobre las colchonetas. Olga y su hombre se van al fondo y nosotros nos quedamos más cerca de la puerta. Ellos siguieron con sus besos, mientras a mi me esperaba esa polla para penetrarme del tirón, sin miramientos. Se puso de pie, frente a mi, yo esperaba abierta de piernas en el borde de la cama. Se puso el condón y empezó a clavarme su gran polla mientras decía lo rico que tenía el coño. Gemía, suspiraba, me encanta tener una polla dentro y esa es muy buena. Entra hasta el fondo, con ritmo, choca y choca contra mi mientras cada vez grito más fuerte. Me voy a correr. Voy a gritar mi primer orgasmo y mi amiga está allí, bastante calladita, por cierto y, no se qué pensará. Para mi uno de los momentos más íntimos de alguien es escuchar como se corre. Ese gesto, ruido, sonido, expresión… como quieras llamarlo, dice mucho de una persona. Y yo, sabéis que soy muy pero que muy expresiva.

Mi mano derecha se dejaba ir hacia mi clítoris para incrementar el placer. El orgasmo venido de dos puntos distintos siempre es más satisfactorio y estaba dispuesta a explotar de gusto. Esa polla estaba llegando hasta lo más profundo de mi y estaba consiguiendo que fuera a explotar. Mi piernas estaban abiertas de par en par, las sujetaba en el aire. Cuando pienso en correrme comienzan a pesarme y no las controlo, solo siento ese clímax que llega para recorrer todo mi cuerpo mientras lo grito y lo disfruto. Eso parece que le gustó al follador que tenía delante porque siguió bombeando con ganas. Siguió follándome, disfrutando de mi coño chorreante. Yo iba a seguir corriéndome, iba a seguir disfrutando de esa verga dentro de mi.

Al quinto o sexto orgasmo sentí la risa burlona de mi amiga y un “joe… como se lo están pasando” … jajajaj ellos iban mucho más despacito y tranquilos. Nosotros, a saco! Mientras yo dejaba follarme, el otro chico me sobó los pechos. Uff, eso me puso a mil por hora y dejé que llegara hasta donde quisiera y hasta donde le apeteciera, pero no quiso más. Enseguida siguió centrandose en mi amiga.

Cuando ellos se corrieron formamos un corro de conversación. Ahí fue cuando supimos sus nombres y ellos los nuestros. jajajaja habíamos follado sin saberlo, siempre me hace gracia eso de los locales. Conoces antes el coño o la polla de alguien que su nombre. Curioso.

Intercambio de información, que haces? a que te dedicas? como mola eso !! que guay !! Carlos, que así se llamaba el mío, tenía que irse a trabajar, así que fue a vestirse. El de mi amiga se lo tomaba con calma y se metieron en la sauna, así que yo decidí que me iba a ir a la piscina otra vez. Las saunas no las aguanto.

En lo que me iba a darme otro baño y ver si encontraba otra polla hambrienta de un buen coño como el mío me crucé con Carlos, vestido, perfumado, peinado y con sus cosas en la mano, el móvil y la cartera. “Ey, dame tu teléfono! que te llamo otro día a ver si coincidimos y nos volvemos a ver”, me dijo. “Claro, apunta!!…. Me lo he pasado genial. Ha estado muy bien“ . “Yo tambien”, me contestó.

  • ¿Sabes?, nos ha quedado algo pendiente que a mi me encanta hacer, le comenté poniéndome en modo loba, apoyada en la barra de la recepción de las toallas, solamente con la toalla alrededor de mi cintura con las tetas al aire.
  • Ahh, si?, sorpréndeme!! La verdad es que cuando estos dos se han corrido te habría metido la polla otra vez a cuatro patas pero ya no sabía si te apetecía
  • Mmmm, pues, que pena, porque me habría encantado que lo hubieras hecho
  • Uff.. me estás poniendo caliente otra vez
  • Pues, eso tiene fácil arreglo, mi coño vuelve a chorrear pensando en tu polla
  • Mmmm bueno, dime qué es eso que nos ha quedado pendiente
  • Bueno, cuando nos veamos la próxima vez, quizás…. (quería dejarle con la intriga y las ganas)
  • Si me dices el que, pues, así me hago una idea
  • Que me folles el culo
  • Ufff… me encantaría follarte el culo
  • Pues, se ha quedado con las ganas de ser follado, mi voz es susurrante y mientras, le paso un dedo suavemente por su cara a modo de desafío y todo lo provocadora que podía ser en ese momento.
  • Me dan ganas de quitarme la ropa y de llevarte a algún sitio donde pueda follarte otra vez. No lo he hecho nunca! y mira que me han tentado muchas veces después de haberme vestido pero es que…. no puedo decir que no a esto.

No se si será verdad o no. Ser tentado y no acceder a la tentación es que esa tentación no es muy tentadora jajajajaja, valga la redundancia. Pero parece que esta vez yo si era la manzana perfecta. Me dijo que me esperara y a los pocos minutos allí estaba, con otra toalla en la cintura dispuesto a disfrutar de mi culo.

Para que Olga no se extrañara, pasé a decirle mientras esperaba a Carlos, que me iba a encerrar con él otro ratito y que después nos iríamos. ¿Estas bien? le pregunté. Y ella me dijo que muy bien. Así que me fuí tranquila.

Directamente, sin preámbulos. Encontramos una habitación vacía en la planta de arriba y según entré, me puse a cuatro patas para él, expuesta, con mi culo y mi coño listo y chorreando. Me folló otra vez. Fue genial descubrir el poder que profesé en ese hombre. Sentir la atracción que había logrado en él me puso muy cachonda. Mientras me volvía a clavar su pollón pensaba en lo sugerente que puedo llegar a ser y que si me propongo algo, sin proponermelo, lo puedo conseguir. Cuando su condón estuvo bien lubricado con el flujo de mi coño y me había corrido un par de veces, hizo el intento de meter su capullo por el culo. Tiene una polla grande, así que fué poco a poco. Mientras lo intentaba alguién se asomaba por el hueco por encima de la pared a mirar que era lo que estábamos haciendo. Cada día me gusta más que me vean disfrutar.

Carlos tuvo cuidado para introducirme la polla en el culo pero una vez que entró me folló duro, sacando y metiendo toda su herramienta con rapidez, con deseo. Que bien me estaba penetrando. Me encanta, me toco, mi mano por debajo alcanza mi coño y a la vez esos huevos que chocan contra mi. Me corro, grito… “fóllame el culo, así, no pares, sigue, sigue… métela hasta el fondo!!!! ahhhhggggggg!!!!! Que bueno!! se que mi culo ejerce presión sobre su polla y no va a poder aguantar mucho más sin correrse y así fue, en unos segundos un par de embites fuertes contra mi y toda su esencia se derrochó en el condón que sacó de mi culo.

Fantástica follada!! Esta vez ya si que tenía prisa por irse, llegaba tarde, así que no hubo mucho más después. Pero sí una conversación muy interesante en las taquillas mientras se vestía. Aprovechamos ese rato para conocernos un poco y me gustó como era Carlos. Simpático, abierto, empresario, emprendedor, follador…. jajajajaj las tiene que tener locas a todas!! está muy bueno, además. Tiene mucho éxito con las tías, según avanzábamos por el local se iba encontrando con conocidas y a les daba un pico y se instaban a una cita pronto. Se nota que las deja contentas y que es buena persona. Los hombres que saben que gustan a las mujeres (y a hombres) tienen un carisma especial, lo saben y eso también mola.

Fuimos a buscar a Olga y la encontramos tomando un refresco tranquilamente con su follador. Tenía buena cara, la veía contenta. Carlos quería despedirse de ella.

Cuando salimos de allí Olga era otra. Creo que si eres capaz de superar tus propios temores a una situación nueva, como puede ser esta, ir a un local a “probar tus armas”, las mujeres, y, también los hombres, somos capaces de empoderarnos. Lo recomendaría como ejercicio de autoestima. Hacer lo que quieras, cuando quieras, como quieras, con quien quieras y si no quieres no lo haces es maravilloso, pero, a veces, en la vida rutinaria no somos capaces. Hay personas que no saben decir que no y hay que aprender. Sentirse desnudo y vulnerable, sin ninguna careta, hace que salgan tus propios deseos.

Lo diré y lo repetiré hasta la saciedad… en el mundo swinger, en los locales liberales, es donde más “yo” me siento. Existe un respeto que en otros ámbitos no lo hay, un código no escrito donde prima el placer por el placer y el disfrute por el disfrute. Me siento más segura que en cualquier bar o discoteca aunque ahora…. hasta que abran los locales (que tardarán) … cual va a ser nuestro punto de encuentro?

 

Por Estefanía Mor de «40 historias de Sexo»

 

 

 

También te gustará: «Ganas de más», Relato Erótico