Estaba salvaje.

No teníamos ningún plan hecho pero de repente me escribe al whatsapp y me dice:

  • Ponte sexy que voy a buscarte. Vamonos a ese local que me quieres enseñar. Estoy saliendo ya de casa.
  • Pero, ¡si íbamos a ir mañana! Hoy habíamos quedado con Olga y sus amigas para tomar algo tranquilamente.
  • Ya, pero….quiero vicio. Cierra el ordenador, deja de trabajar y prepárate. No acepto un no por respuesta.

Me quede mirando la pantalla esbozando una sonrisa muy amplia y pensé que cómo estaba su cuerpo para escribirme eso. Jejeje. Si estaba saliendo de casa, me quedaba una hora para prepararme, así que tenía que espabilar. Aun así, no podía dejar a medias lo que estaba haciendo. Era importante que lo terminara. De eso dependía que mi socio pudiera avanzar en nuestro proyecto este fin de semana.

Así que, media hora más tarde me metía en la ducha dándole vueltas al modelito que me iba a poner y donde íbamos a ir….

Sonó el teléfono mientras me estaba enjabonando y conectando él manos libres le dije que estaba en la ducha. Él me dijo que solamente era para decirme por donde iba. Jajaja, como si no lo supiera….le quedaban 10 minutos para llegar y yo, en la ducha.

Me estaba secando el pelo cuando sentí un whatsapp que decía:

  • Mi reina, tiene su carruaje esperando en la puerta

Le conteste que salía, riéndome. Me eche perfume, del que le gusta y sin bragas, con una malla y una sudadera salí a buscarle.

  • ¿asi vas?, me pregunto con los ojos abiertos como platos
  • No, no, entra que no estoy todavía
  • Que me lías…..
  • Pasa….

A regañadientes recorrió el jardín diciendome lo bien que olía. En cuanto entró en casa, de pie le dije que cómo estaba, sabiendo la respuesta. Cachondo como un perro en celo. Me abalancé besándole apretando con mis brazos su cuerpo. El bajó enseguida sus manos a mi culo dándose cuenta de que no llevaba bragas y rebusco para meter su mano bajo las mallas.

  • Mmmmm ¡como está esto! Que calentito y jugoso
  • Si, cariño?

Sus dedos ya buscaban la entrada. Mi coño estaba ya muy jugoso y comenzó a estarlo más. Sus jugueteos hacían que moviera mis caderas en círculos buscando más placer. Los besos subían de intensidad y los movimientos de sus dedos en el interior de mi sexo hicieron que explotara mi placer mientras decía lo rico que estaba. Mi orgasmo resbaló por mis muslos, caliente, muy caliente. Al sentirlo él,se volvió loco y buscó más. Una vez sentido el primero mi cuerpo se vuelve adicto a ese placer y busca más y más, sin control. No quería que parara. Sigue, sigue hurgando, por favor, no pares, decían mis pensamientos. Y él, parecía que me oía y no paró.

Mis jadeos llenaron la casa. Las mallas estaban en mitad de mis piernas, bajadas. Sus dedos siguieron buscando mi orgasmo y volví a sentir otro squirt recorriendo mis piernas. Éste llenó mis zapatillas y empapó la prenda que colgaba de mi.

  • Quiero follarte, no puedo más…. ven

Me llevaba a la habitación pero estaba antes el baño, nos quedamos allí. No podíamos más, Quería sentir su polla en mi y él meter toda su verga en mi jugoso coño. Me incline hacia el lavabo, se sacó su aparato y, mirándonos a los ojos a través del espejo nos fundimos en uno. Apretaba y apretaba para que notara todo su miembro hasta el fondo. Tenía que dejar de mirarle para cerrar los ojos de placer, me corria y me corria con su polla dentro. Hasta que él me regaló toda su leche mientras yo seguía recorriendo su placer moviendo mis caderas para sentirle.

  • Cariño, ha sido espectacular, me dijo con cara de ido todavía por su orgasmo. Prepárate, que nos vamos

Mientras él se sentó en el sofá para esperarme, mis mejillas sonrosadas por el placer sentido recibían algo de maquillaje para salir a la calle. Me miraba en el espejo pensando en el polvazo que acababamos de echar. La sonrisa se me disparaba de oreja a oreja y me decía: “La tarde no ha hecho más que empezar”.

Por Estefanía Mor de 40Historiasdesexo

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