Quizás tú ya seas un gurú del sexo tántrico, pero para los que no, aquí unos datos y trucos sobre cómo mejorar tus habilidades sexuales con el Tantra.

Sexo Tántrico: lo primero que se le viene a uno a la mente al escuchar esta palabra es probablemente el rumor de que el cantante Sting afirmó poder tener sexo durante horas y horas sin cansarse (rumor que él mismo desmintió). De ahí la idea de que el Tantra sea como una especie de maratón sexual, relaciones sexuales entre dos personas durante horas y horas, aguantando el orgasmo lo máximo posible y liberándolo después de la manera más poderosa.

Pero la verdad es que es mucho más sencillo, se trata de una disciplina oriental muy antigua que permite entrar en armonía con el cosmos a través de la meditación.

Y entonces, dirás: ¿qué tiene que ver eso con el sexo?

Tantra: la disciplina que libera la energía latente

El Tantra permite a quienes lo practican redescubrir su energía y canalizarla para lograr diferentes propósitos.

Si el objetivo es el sexo, la meditación tántrica conduce a un camino de descubrimiento del placer pemitiendo vivir emociones y sentimientos nunca antes experimentados. ¡Pero cuidado! según los expertos Elmar Zadra y Michaela Zadra, autores del libro Tantra, el camino del éxtasis sexual, aprender a tener relaciones sexuales tántricas no es cuestión de dos días. Es un verdadero  aprendizaje de años que no implica solo la búsqueda de placer, sino que también puede revelar emociones inconscientes, algunas inquietantes y otras, en algunos casos, incluso dolorosas. Miedo, ¿eh?

Tantra aplicado al sexo: ¿qué es en la práctica?

En resumen, ¿qué significa «sexo tántrico»? Practicar sexo tántrico significa aprender a sincronizarse con la pareja o, en cualquier caso, encontrar el ritmo que ajuste y sintonice el uno con el otro.

Y pensarás … ¡pues qué desilusión! Sí, todo esto surge de manera natural y espontánea al comienzo de una relación, pero con el paso del tiempo esa armonía va siendo cada vez menor. Hasta el punto que, para parejas de larga duración, hacer el amor puede llegar a volverse difícil y aburrido.

Paradójicamente, cuanto menos se conocen los amantes entre sí, el sexo puede ser más armónico, como una única entidad, apoderándose de las dos partes y haciéndolas vibrar al unísono como dos instrumentos musicales perfectamente sincronizados.

El Tantra permite a las parejas redescubrir esa armonía perdida. Todo empieza por respirar: aprender a respirar correctamente, entre sus muchos beneficios, permite conectar más fácilmente con nuestras sensaciones físicas y las de la pareja.

Después de aprender a respirar correctamente, pasamos a «desbloquear» la pelvis mediante ejercicios dirigidos: uno se acuesta con la espalda en el suelo y las piernas flexionadas, levanta la pelvis inhalando y la deja caer exhalando ruidosamente. El movimiento debe ser repetido sucesivamente y se hace en pareja. El hombre tendrá que acostarse en el suelo y la mujer se pondrá encima de él. La inspiración y la exhalación serán coordinadas.

Las posiciones del sexo tántrico

Obviamente, hay posiciones más adecuadas que otras para maximizar el potencial del Tantra durante el coito.

Una de ellas es la posición de la tijera, que permite a los dos amantes permanecer cerca, pero también poder alejarse cuando la energía es demasiado alta. Esta posición también facilita la estimulación del punto G y promueve el orgasmo femenino.

Otra posición ideal es la del caballo meciéndose: el hombre está sentado en el suelo y la mujer está en sus brazos, con las piernas alrededor de la pelvis. Los amantes se miran, se miran a los ojos, se abrazan y, muy importante para el Tantra, se acercan a sus respectivos frentes y tocan el llamado tercer ojo, un punto de energía fundamental.

Tantra y el orgasmo

Al contrario de lo que presumen los rumores sobre Sting y sus explosivos orgasmos, el objetivo del Tantra aplicado al sexo no es alcanzar el orgasmo. De hecho, el orgasmo no es el único objetivo del sexo tántrico.

Enfocarse solo en alcanzar el orgasmo no es útil en la búsqueda del placer, ya que se enfoca en un momento determinado que representa solo una mínima parte de la experiencia sexual. El conocimiento de los cuerpos respectivos, la intimidad y la complicidad dentro de una pareja son los elementos para lograr la culminación del placer y constituyen el objetivo final del camino tántrico aplicado al sexo.

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