Todo es sexual en mi vida. Desde mis conversaciones con amig@s en las cenas y encuentros de navidad hasta las duchas que me doy y se dan para mi por videollamada pasando por lo que me excitan las situaciones particulares que me monto en mi cabeza…. todo es sexo.

Hoy escribo desde el hospital, vamos a decir que el destino, no se, ha hecho que me tengan que volver a operar de lo mismo que hace menos de dos meses, pero del otro lado, en fin, lo tomo con filosofía, no me queda otra. Mi amiga Ana, que os escribiré otro día sobre ella con la que fui a un local y nos lo pasamos genial, me dice ayer: “vale ya de llamadas de atención, no?” Nos reímos a carcajadas!!! Ahora, otra cuarentena…. (o veintena jejeje, sin que se entere el médico)

La distancia hace que se busquen nuevas maneras de disfrute y eso es lo que hago. Un día surgió la idea del momento ducha. Cuando Jesús se va al pueblo, está mucho más controlado y no podemos tener nuestras conversaciones, así que se nos ocurrió que en ese momento de su intimidad, podría ser el nuestro, en silencio, solo para nosotros y nos encantó.

Le llamo, él ya está desnudo en el baño, me hace un gesto con su dedo delante de la boca para que guarde silencio, yo también se lo hago a él con una amplia sonrisa bajo mi dedo. Verle me ilumina la cara y a él se le ilumina también de verme a mi. Se enjabona, se frota bajo el agua y de hacerlo para mi, se empieza a excitar, igual que yo. Mis mejillas comienzan a sonrojarse, me apetece tocarme, quiero que se de cuenta de lo que me está pasando pero no puedo utilizar ni mi voz, ni mis jadeos…una de mis potentes armas de excitacion para mi y para el hombre que tengo delante.

Después de enjabonarse la cabeza y de cerrar los ojos para ello, muestro mi mordida de labio, me saco un pezon y se lo enseño, lo masajes, me excito, me voy a correr de verlo, tocando mi pezon, viendo como se ha dado cuenta de que está expuesto, erecto y de que mi cara dice que me estoy corriendo para el. Mmmmmm, largo, intenso, húmedo…mi coño está súper mojado ya.

Acaricia su verga, se pone de lado y la coge con las dos manos para que la vea bien. Arriba y abajo, arriba y abajo se masturba bajo el agua para mi y para el. Deja de darse cuenta de que cae agua sobre sus hombros y se centra en la pantalla de su móvil, en mi, en su polla, en su excitacion, verle así me pone a mil por hora.

Vuelvo a excitarme, él se está pajeando salvajemente para mi y me vuelvo a correr, sonrojo mis mejillas, abro la boca, pero tengo que ahogar mis sonidos de nuevo. El acelera sus movimientos, la pantalla no da para esa velocidad pero rápidamente su leche borbotea para mi, sale disparada frente a la pantalla provocándome mucho placer. Él está extasiado, suspira en silencio también y vuelve a enjabonarse y a limpiar todo lo que ha salido de su cuerpo.

Me encanta ver como se arregla, luego me saca de la bañera y me lleva al espejo para que siga su ritual de belleza. Me encanta. Lo quiero seguir haciendo y yo también lo he hecho con el. Fue a la inversa, yo me duché para él y mientras yo me frotaba viendo un paraje maravilloso en el que se encontraba. Un día espectacular en el campo que habría sido ideal compartir en vivo y en directo.

Cuando la cámara se conectó y me metí en la ducha, me enjabone y apreté mis tetas contra la mampara. Se las ofrecí, como si me estuviera apretando por detrás, me frotaba contra ella, y la visión debió de gustarle porque empezó a mirar a todos lados para ver si le veía alguien para poder sacar su polla erecta. Cuando me di la vuelta apreté mi culo también contra él Cristal. Yo no le veía a él pero sabía que se la estaba machacando con gusto con esas vistas. Mi chorreo entre las piernas no era sólo del agua. Me di la vuelta y me corri para el, no sé si se dio cuenta pero se tocaba y la polla estaba muyyyy apetecible.

Salí a secarme y con una pierna sobre el retrete me masturbe con las piernas bien abiertas para el. Jugoso, tierno y algo hinchado ya por la necesidad de que me operaran de lo mío, lo mostré muy cerquita de la cámara para que lo pudiera disfrutar. Lamia la pantalla, estaba excitado y con ganas de correrse. Lo hizo allí mismo, en medio del campo, con la polla fuera dl pantalón, segundos después de que lo hiciera yo. Seguía desnuda completamente delante de él para excitarle, para provocarle y, lo hice. Fue excitante para los dos, de nuevo. Se ha convertido en un placer a distancia, necesario. Disfrutamos tanto el uno del otro así, también. Es una alternativa a la distancia y le sabemos sacar partido. Probadlo, …. me atrevería a decir que os animó a que lo hagáis aunque vuestra pareja esté en la habitación de al lado, será divertido….me lo contais?

Por Estefanía Mor, 40Histroias de Sexo

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