Estoy sola en casa. Desnuda, solo con mis braguitas negras y me dirijo hacia la cama pensando en ti. Llevo uno de mis dedos a la boca y lo humedezco para luego llevarlo hacia uno de mis pezones que ya está duro y empiezo a acariciarlo.

Mientras, la otra mano entra por dentro de mis braguitas y toca mi vello, acaricia mi clítoris que esta hinchado, igual que mis labios, y me noto húmeda y chorreando. Primero meto un dedo pero está tan dilatado y tan lubricado que casi no lo noto, meto otro y empiezo a notar como me cuesta respirar, saco los dedos chorreando y me los llevo a la boca para notar mi sabor. Los vuelvo a bajar y los froto por mis labios, los vuelvo a meter, a sacar, a frotar, mis suspiros se vuelven jadeos, continuo metiendo mis dedos dentro de mi coño cada vez más rápido hasta notar como me tenso, como estalla mi cabeza, y tengo espasmos lentos y profundos que hacen que mi pelvis suba y baje.

Mis pechos están sudorosos y mi mano permanece metida dentro de mi coño con las piernas juntas notando los espasmos quelentos y profundos que hacen que mi pelvis suba y baje.

Mis pechos están sudorosos y mi mano permanece metida dentro de mi coño con las piernas juntas notando los espasmos que todavía me recorren.”

Fragmento de Laura Soto. “Las pasiones ocultas de Jade” Disponible en Amazon

 

 

 

 

 

 

 

También te gustará: Relato erótico – En la óptica