«Ahora sí. Ve al baño, putita, y llámame mientras te corres pidiéndome que te rompa ese culito de zorra”.

Con esa frase has conseguido excitarme, y como siempre… que moje mis braguitas y no te he hecho esperar… he salido corriendo al baño con mi juguetito en la mano, he metido el vibrador en mi boca para humedecerlo y al meterlo en mi interior he notado que no habría hecho falta… estaba tan mojada que mis fluidos chorreaban por mis muslos.

He cogido el teléfono con la otra mano, te he llamado y en cuanto he oído tu voz he sentido un hormigueo en mi estomago y mi sexo ha palpitado aprisionando el juguetito fuerte… era como si fuera tu pene quien me penetrara, dentro… fuera… dentro… fuera… y tu voz susurrándome en el oído por el teléfono y yo pidiéndote que me rompieras el culo… jamás pensé que diría eso… pero quiero que vuelva a ocurrir y he gritado tu nombre mientras me corría fuerte. Pero no te has quedado satisfecho…

“Ponte de rodillas…quiero que vuelvas a correrte otra vez para mi… quiero seguir oyéndote, jadeando como una perra en celo”.

He seguido follándome, ahora mucho más deprisa, más fuerte, mi coño más sensible, tus palabras en mis oídos… “Voy a volver a correrme…”. “Dí gracias, porque hago contigo lo que quiero”. “Eres un cabrón… gracias… aaaggrrrrr”, y el orgasmo ha llegado con mi última palabra.”

Fragmento de: Laura Soto. “Las pasiones ocultas de Jade”. disponible en Amazon

 

 

 

 

 

 

 

 

También te gustará: Sesión de cibersexo. Relato erótico