Encuentro fantástico con Jorge –

Hace tiempo que Jorge y yo estábamos en contacto vía mail. La nuestra era una relación intensa a través de nuestras palabras… cada mañana me despertaba buscando su correo vespertino… y en uno de ellos: “Jade, ¿nos vemos el 28 de agosto? Viajamos los dos y nos encontramos a medio camino”. Y nos vimos…

Jorge es un hombre elegante, tirando a pijo, pero sumamente encantador, de los que te abren la puerta del coche… pendiente de todos los detalles… por ejemplo, me llevó a un pueblo fuera de Zaragoza a comer a un sitio muy agradable con una comida muy buena. Me gustó el sitio, pero he de decir que la compañía y la charla mucho más.

Cuando me recogió pude comprobar algo que ya sabía, su cabeza estaba rapada (ummmmm, un calvo, mi fantasía)… mientras me acercaba a su coche yo le miraba fijamente expectante por su reacción al verme, pero su cara no me dijo nada, jajajaja.

Nos montamos en el coche… me miró fijamente y me dijo… “que guapa eres… y que ojos más bonitos…”, y me gustó mucho su reacción… yo empecé a hablar, me sentía cómoda y él me miraba mientras conducía, me decía que estaba siendo egoísta, que me dejaba hablar para disfrutar del placer de escuchar mi voz… ¡ummm, cómo me estaba gustando estar con él!

En la comida fue más de lo mismo, la mayoría del peso de la conversación me la dejaba a mí, me divertí mucho. Fue eso, una comida divertida donde veía en su mirada ramalazos de deseo… me dejaba hablar para poder mirarme, escucharme … y cuando él hablaba era mi turno para mirarle… me encantaba mirarle, escucharle… ¡qué bien lo pasamos!
De repente, tras los postres, me dice mirándome fijamente: “¿te importa si pago?”, le dije que no y a continuación me dice, “¿me permites que te saque de aquí?” y al llegar al coche, me besó. Ummmmm… primero besos dulces, suaves, en los labios, en las comisuras, con una tenue penetración de su lengua… para después recibir unos besos lascivos, llenos de deseo que me hacían gemir con su lengua dentro de mi.

Puso el coche en marcha y yo le pregunté sorprendida que dónde iba, “a un sitio con sombra” jajaja, nos estábamos cociendo en el coche y no nos habíamos dado cuenta. Llevó el coche a la parte de atrás de un edificio sin gente a la vista (en agosto a las 4 de la tarde, nadie por la calle) y ahí los besos fueron lujuriosos, intensos, ardientes… ¡joder, joder, joder! En ese momento decidí que quería cambiar el billete del tren para ir con él a su hotel. Hicimos el cambio allí mismo por teléfono y nos fuimos directamente a su hotel.

Cuando llegamos a la habitación continuaron los besos, pero le dije que me iba a dar una ducha porque hacía mucho calor. Cuando salí del baño envuelta en una toalla, me la quitó y la tiró al suelo, dejándome desnuda, cogiéndome de la mano y llevándome a la cama. Me senté en la cama, y empecé a desnudarle… camisa fuera, cinturón, pantalón y al quitar el boxer salto su polla dura… una polla grande, muy grande… gorda, dura, ¡uffff! me relamí hambrienta.

Me tumbó en la cama, me miró y me dijo: “me encanta verte así, desnuda y tumbada en mi cama”, ufffff, yo estaba excitada y muy mojada… Entra en la cama él y se va directamente a poner su cabeza entre mis piernas, ¡uauuuu, qué delicia!. Tiene una boca grande, una lengua grande y una polla grande…

Mis orgasmos empezaron casi de inmediato. Su lengua me arrancó los primeros orgasmos, mis primeras eyaculaciones empapando su cama. Luego me penetró con sus dedos y su lengua y yo seguía orgasmando, gimiendo, jadeando, gritando… pero yo quería su polla dentro de mí, necesitaba sentirme llena de su carne, de su polla… Se lo dije. Se puso un preservativo y me penetró hasta el fondo.

¡Joder, joder, joder…! esto es lo que mejor define la sensación que tuve al sentirme llena de él… dentro, fuera, dentro, fuera… primero lento y después rápido… con una frecuencia rítmica rápida y continua… Yo veía su cara a escasos centímetros de la mía mientras me penetraba y me decía “eres preciosa, que ojos más bonitos…”, eso mientras yo estaba teniendo un orgasmo tras otro. Me agarré un pecho y acercándolo a mi boca, lamí mi pezón invitándole a que su lengua acompañara a la mía… eso le excitó mucho…

Le pedí que parara porque yo necesitaba descansar y también necesitaba meterme esa polla grande en mi boca, ummmm, comerme su polla, mamársela… Me gustó, necesitaba devolverle el placer que me había dado él a mí… Algo muy sensual fué cuando yo, que estaba sudando mientras se la comía y me corría el sudor por la cara, le dije que si no le importaba que iba a ir a por una toalla… me cogió la cara con sus manos y las paso para secarme el sudor él… “me encanta tu sudor por el sexo…”, ¡¡dios, qué morbo!!

Paré de mamársela y le pedí que me volviera a penetrar… Otro preservativo y de nuevo dentro de mí… ¡joderrrr! Me decía que le encantaba notar cómo le apretaban los músculos de mi vagina, notar mis fluidos salir, notar mis espasmos vaginales al llegarme un orgasmo tras otro… Hasta que le pedí que parara porque ya no podía más…
Él empezó a masturbarse mientras yo a su lado le besaba, le abrazaba, mordisqueaba sus pezones… hasta que su abundante leche nos llenó a los dos…

Me hizo el amor durante más de 45 minutos seguidos… aún tengo agujetas en todo mi cuerpo… aún siento el sabor de sus besos en mi boca… aún tengo ganas de él.

Las pasiones ocultas de Jade por Laura Soto, disponible en Amazon.com