Hola cariño,

Aún tengo tu sabor en mi boca… tu olor en mis manos… el gusto de tu boca en mis labios…
Ha sido maravilloso llegar al garaje y ver como te acercabas a mí, como entrabas en mi coche, los besos que nos hemos dado, cuando me has dicho “¿sabes cómo me tienes?”, “no, dímelo”, me has cogido mi mano y me la has puesto sobre tu entrepierna donde se encontraba tu polla dura, deseándome… y en ese momento me he humedecido mucho.

Toda la mañana has estado pendiente de mí y tenía muchas ganas de llegar, de encontrarnos y me ha gustado mucho que primero comiéramos juntos, que me contaras tantas cosas… teníamos muchas horas por delante, ¿verdad?

En la habitación 313 los besos fueron más intensos, yo te desnudaba a ti, acariciaba el vello de tu pecho, ummm… fuera corbata, fuera camisa, fuera pantalón. Verte desnudo… ummm y caer juntos sobre la cama.Al principio ha sido brusco, estabas nervioso, impaciente y hasta diría que un poco inseguro, pero poco a poco te has ido creciendo, relajándote, disfrutando.

Muchos besos y abrazos tumbados en la cama hasta que he bajado a tu entrepierna y has llenado mi boca con tu polla, la he hecho crecer, ponerse dura entre mi boca y mi mano y me has dicho “si sigues así, me corro” y, de repente, han salido chorros de semen sobre tu vientre, sobre tu pecho y hasta tu frente… has descargado mucho y me ha encantado ver tanta leche tuya.

Has hecho que me corriera varias veces seguidas dándome placer con tus dedos, y en pleno orgasmo te he pedido que me penetraras y se alargaba el placer intensamente. He perdido la cuenta de los orgasmos que he tenido, pero los que si recuerdo fueron los tuyos… porque después de correrte la primera vez, cada vez que descansaba yo, me metía tu polla en mi boca hasta que te corrías dentro de mí y dejaba limpia tu polla… y así hasta tres veces, ummm, me encantó.

Una de las veces, tras ponértela dura con mi boca, me subí sobre ti hasta tu cintura, metí tu polla dentro de mí y era yo quien te follaba, quien marcaba el ritmo, me encantó mirarte y ver el placer que estabas sintiendo reflejado en tu cara mientras te agarrabas a mis tetas. También me pusiste a cuatro patas y me follanaste por detrás llenando mi coño de ti… ¡joderrr!

Estuvimos cuatro horas en la habitación y estuvimos un rato abrazados, acariciándonos, charlando, sentíamos una intimidad maravillosa que nos hacía estar a gusto el uno con el otro, después de ese momento de relax y antes de irnos, volvimos a sentirnos excitados alcanzando un nuevo orgasmo cada uno que termino de dejarnos exhaustos… justo antes de entrar a la ducha y vestirnos para irnos.

Me encantó, cuando llegamos y cuando nos fuimos. Sentir tu mano en mi cintura, ummmm, y cuando me llevaste hasta mi coche, la despedida ¡uffff! me gustas mucho, cariño.

Hasta pronto Miguel Ángel.

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