Alicia, de 38 años, miembro de Gleeden desde julio 2013

Empecé hablando con uno de los miembros de Gleeden. Había buen rollo, estuvimos unas semanas charlando y acabamos decidiendo hacer el siguiente paso y conocernos en persona.

El lugar elegido fue una pequeña ciudad más o menos a medio camino entre mi casa y la suya, suficientemente alejada. Me esperaba delante de la iglesia, sentado en el borde de una bonita fuente… El contacto visual se trasformó en complicidad en seguida…

Un pequeño restaurante, miradas, sonrisas, mejillas que se sonrojaban un poco… Un paseo por el puerto de esta pequeña ciudad, unas vistas preciosas, es com si estuviéramos solos en el mundo, él y yo…

Las horas pasaron volando, y antes de despedirnos nos besamos en un parque como dos adolescentes viviendo su primer amor. ¡Es como si tuviera de nuevo 15 años! El beso fue tierno y sensual, una auténtica delicia.

Prometimos volver a vernos… Algunos días antes de nuestra gran noche. Vino a buscarme, su mano en mi rodilla durante todo el trayecto en coche, caricias, miraditas… El trayecto super rápido (solamente me pareció lento la primera vez sola). Allí estábamos de nuevo, en nuestra pequeña ciudad llena de encanto. Cena en un restuarante a la orilla del mar. Charlas cómplices, risas, miradas, manos que se tocan… Pequeño paseo por la ciudad, vuelta al parque, aún más bonito de noche con las luces que iluminan los árboles.

Nos fuimos a la casa rural donde iba a pasar una velada de princesa: Un lugar de ensueño donde estábamos solos él y yo. Enciende la chimenea, y me da una copa de cava (del bueno) acompañado por pequeñas delicatessens de lujo. Nos besamos con avidez y acabamos en la cama… y hasta aquí puedo leer, ¡pero fue una locura de noche! Qué sensación más gratificante acordarme de esa noche, por tener los labios sensibles durante días por tantos besos…

¡Gracias, mi querido amante!