Venus4, 35 años, no explica por qué se inscribió en Gleeden:

Yo siempre había disfrutado de mi soltería. Me gustaba mucho salir de fiesta, conocer gente nueva, ser coqueta y seductora, y de vez en cuando pasar la noche con algún chico. Nunca era nada demasiado duradero, no iba con mi estilo de vida. Nos lo pasábamos bien, y cuando la cosa se enfriaba un poco, y seguía mi camino y él el suyo.

Un día conocí al que sería mi futuro marido, y pasamos la noche juntos. Y la siguiente, y la siguiente, y la siguiente… Ya no nos separamos. Al cabo de unos años nos casamos, nos iba muy bien juntos.

Pero después de más de 3 años de matrimonio, me desperté una mañana pensando en mis noches de diversión. Quería (y quiero) a mi marido, pero cada vez pensaba más en lo que había dejado atrás, en mi estilo de vida de antes, en cómo lo echaba de menos. Me intentaba convencer que yo ya no era la misma, que había dejado atrás esa faceta de seductora que tanto me gustaba. Pero me sentía como si estuviera reprimiéndome y mintiéndome a mí misma y eso se me hacía muy duro.

Así que cuando descubrí Gleeden, no me lo pensé ni 1 minuto. Fue como una señal del destino. Me inscribí, rellené mi perfil, y empecé a charlar con otros casados. Me sentí rejuvenecer de golpe. Yo soy así, me gusta y no quiero cambiarlo. Dejo que los hombres se me acerquen (virtualmente), me seduzcan (no tan virtualmente), y alguna vez, cuando siento que realmente hay conexión, quedamos para vernos. Pasamos un buen momento juntos, ya sea tomando un café… o algo más. Esos momentos de libertad me hacen sentir yo misma, me dan vigor y energía.