Según vuestras respuestas, la principal ventaja de ir a un hotel para un encuentro con un amante es la discreción. Lejos de vecinos cotillas, sin la posibilidad que la pareja oficial aparezca de repente, y con un personal que suele estar amaestrado en el arte de la confidencialidad, el anonimato que supone un hotel parece ser un factor clave para 9 de cada 10 infieles.

Casi 3 de cada 4 adúlteros aprecia también el ambiente de seducción que proporciona una habitación de hotel. Esto se debe a que muchos infieles buscan magia y emoción. Los hoteles con encanto, lujosos o modernos ayudan a formar ese ambiente de aventura, que puede resultar muy excitante. Al menos, más que recibir a su amante en un entorno diario, como en su propia casa, por ejemplo. No es casualidad, pues, que el hecho de romper con los hábitos familiares es una razón para más de la mitad de los infieles para optar por el hotel.

El 45% de los adúlteros ve ventajoso poder disponer de un lugar para los encuentros clandestinos en cualquier momento. Ya sea entre semana o un día festivo, los hoteles ofrecen sus servicios en cualquier momento. Y muchos, además, cuentan también con la opción de hacer el check-in las 24 horas del día.

Finalmente, 4 de cada 10 amantes, consideran como importante la comodidad: no hay que limpiar las sábanas, ni preocuparse por los delatadores rastros de maquillaje o de perfume en la cama.

*Sondeo Gleeden.com realizado online del 12 al 22 de mayo 2014 entre 934 personas casadas (470 hombres y 464 mujeres) de entre 29 y 55 años que viven en Barcelona y que hayan declarado haber sido infieles al menos una vez.
**Varias respuestas posibles.