Aventureros, talentosos, prohibidos, hay determinados tipos de hombres que nos hacen perder la cabeza a las mujeres casadas, sin que lo podamos evitar. Y tampoco tenemos porqué, al fin y al cabo, una fantasía es algo que solamente ocurre en nuestras cabezas… (o no).

El hermano / primo / mejor amigo de nuestro marido. La fantasía de lo prohibido por excelencia. Sabemos que ese chico es absolutamente intocable, incluso impensable (jamás se lo confesaremos a nuestro marido), y por eso tiene su morbo. Incluso si en otras condiciones ni nos fijaríamos en ese hombre, el hecho de saber que no puede haber nada hace que se nos dispare la imaginación.

El soltero empedernido. Una alma libre que soñamos poder capturar. Ninguna chica ha sido capaz de ganarse su corazón, y él sigue buscando alguna mujer que lo cautive. Nuestro ego nos empuja hacia él pensando ¿seré yo capaz de seducirle? Todo un reto, y ya sabemos que nos gustan los retos…

El camarero de nuestro bar favorito. Un hombre atento, amable, siempre a nuestro servicio. Mmmm, interesante… Le dedicamos unas miradas coquetas, le damos nuestra mejor sonrisa, y nos encanta comprobar que aún sabemos seducir. Un pequeño ritual que llevamos a cabo cada vez que vamos a ese local, y que nos sube la autoestima hasta las nubes.

El trotamundos. Acaba de volver de la India, y se prepara para irse a Guinea Ecuatorial, para luego visitar Nueva Zelanda. Con el pelo revuelto, la mochila en el hombro, y mil historias que contar es el prototipo del aventurero personificado. Y no podemos evitar pensar en las aventuras que podríamos vivir si nos perdiéramos con él… en su cama.

El artista. Su encanto, su talento y su creatividad esconden una alma tortuosa que nos hace suspirar. Nos imaginamos curando sus heridas mientras él nos deleita con su arte y su gran sensibilidad.

Escrito por SANDRA