¿Gleeden una simple web de encuentros? ¡Sería ser demasiado simplista!

Mi Nina, la encontré aquí. En esta web, pocas personas se esconden o mienten. Al contrario, se desvelan simplemente y sin falsos pudores.
Mi Nina,  que desde entonces me aporta cada día la sensación de estar vivo.
Mi Nina,  por la que por fin he aprendido que dos personas se pueden querer y respetar.

Que buscar a otra persona estando casado es posible y que buscando, lo encontramos.

Ambos conocíamos cómo funciona esto. Mirar perfiles, hacer búsquedas, separar la paja del trigo. Leer, ser curioso, pedir (o mendigar a veces para los hombres) una foto. Quien se esconde, cómo reconocer la persona que se desvela poco a poco detrás de un perfil más o menos rellenado.
Triar y elegir una favorita. Y después algunos mensajes, cortos, porque el chat no permite mucho más.  Y como hombre, tengo que admitir que ¿cómo puede ella elegir? ¿Por qué tendría que elegir hablar conmigo? Si vosotras, las mujeres, sois tan guapas y estáis tan codiciadas… demasiado donde elegir y os volvéis… ¿¿¿Exigentes???  ¡Un poco!

Tengo que confesar que Nina fue mi primera elección. Mi primera conexión, mi primera búsqueda, almenos mi primer resultado. Mi primera favorita, la primera en pedirme acceso al álbum de fotos (al privado, claro), mi primer chat, mi primer intercambio de emails y mi primer intercambio de números de teléfono.
Más, más, mucho más que un simple encuentro.

Y se hace la magia.  Nina siempre está ahí. Me habla, se expone, se desvela un poco más. Me escucha, quiere comprenderme, conocerme de verdad… y llega el momento del encuentro.
Creedme amigos de Gleeden, el corazón se acelera, las piernas tiemblan, se acelera el pulso…  Aquí está Nina. Más guapa, más real, más cerca.
Es verano. Vamos a un pequeño restaurante con una terraza acogedora.
Cenamos, bebemos, paseamos y hablamos mucho… y porque no puede haber real comunicación haciendo trampas, siendo auténticos pudimos encontrarnos.
Después, una habitación de hotel para esa primera noche.  Para esas primeras caricias, esos primeros gestos hacia la suavidad de su piel y el calor de su cuerpo.

Hicimos el amor. Hicimos el amor y lo encontramos…

Sí, nos queremos con un amor que no es imposible, porque nuestras necesidades se parecen y porque no somos perfectos.

Tanto si buscas una velada, una vida, alguien que te escuche, un intercambio, un espíritu… todo es respetable, confesable, cuando el contexto es el adecuado, y Gleeden se adecua muy bien.

Anónimo