Tradicionalmente, la astrología ha escapado a las estadísticas, como corresponde a una disciplina que es ciencia y arte a la vez, como la misma medicina. Las razones de ello es que lo que entendemos como horóscopo se refiere exclusivamente al signo zodiacal o signo solar, un componente más, aunque muy importante, de una carta natal, que es personal e intransferible, dependiendo de la hora, del día, el mes, el año y el lugar de nacimiento; es decir: no hay dos iguales. Con todo, el signo solar es muy importante y aporta buena parte de las características de la personalidad, como es evidente. Además, por cuestiones astronómicas obvias es posible acotar las fechas del año en que el sol está en Aries, en Tauro y en los demás signos, y esto ha hecho que se popularice su uso como una simplificación del fenómeno astrológico, a nivel popular.

Las estadísticas, a nivel del signo solar no son las más importantes, aunque pueden ser plenamente válidas, como lo demostró ampliamente Gunter Sachs en su obra The Astrology File. De acuerdo con ello, las estadísticas que presenta Gleeden merecen ser consideradas y analizadas. El resultado que arroja una estadística sobre la gran base de datos de esta firma, en relación a la frecuencia de infidelidad por el horóscopo o signo zodiacal, es:

1. Sagitario: 16%
2. Géminis: 14%
3. Aries: 13%
4. Acuario: 12%
5. Capricornio: 9%
6. Cáncer: 8%
7. Tauro: 6%
8. Leo: 6%
9. Libra: 5%
10. Escorpio: 4%
11. Piscis: 4%
12. Virgo: 3%

Bien, sin entrar a valorar en profundidad los resultados, los porcentajes que presenta esta estadística son sugerentes e interesantes: hallamos 4 signos en cabeza por su porcentaje alto de infidelidad: Sagitario, Géminis, Aries y Acuario, con dos dígitos porcentuales, desmarcándose del resto. Y si nos fijamos en el Elemento al que pertenecen –la clásica clasificación de Fuego, Tierra, Aire y Agua- nos cercioraremos de que pertenecen a Fuego (Sagitario, Aries) y Aire (Géminis, Acuario). No es de extrañar, pues el Fuego se asocia a personas aventureras, pasionales y lanzadas, lo que permite, esto último, que se decidan a ser infieles; además, si le sumamos aventura y pasión, ¿qué producto tenemos?

Por su parte, el Aire se relaciona con el intercambio, el movimiento y la comunicación, y esto último es justamente lo que falla cuando una pareja se agota; y si le añadimos movimiento e intercambio, o lo que es lo mismo: cambiar o querer cambiar de pareja, ello nos proporciona una base para poder y querer engañar a la verdadera pareja.

Pero hay más: si profundizamos en el mismo signo zodiacal, Sagitario es el signo más aventurero, el más transgresor y filosófico, que relativiza fácilmente una traición, volviéndola insignificante, como una lágrima en el océano. Además, es expansivo, franco e idealista, por lo que va a más y busca otras cosas, de la misma manera que le gusta viajar y explorar; su franqueza le hará ser coherente consigo mismo y su idealismo le hará buscar una nueva pareja, aún a escondidas, que llene su ideal en materia de pareja, amor o sexo.

Por otra parte, Géminis es el eterno curioso, que todo prueba y experimenta. Una nueva pareja o una aventura serán una atracción irresistible, una tentación difícil de rechazar. Su superficialidad legendaria hará que una aventura pueda ser una anécdota; además, sabe mentir y engañar no es difícil, si está motivado. ¿Y qué decir de Aries? Impulso extremo, un punto de egocentrismo, pasión en su grado más elevado… es un coktail explosivo en materia de relaciones. Su fuego interno no conoce barreras ni nombres.

Capricornio y Cáncer les siguen, aunque de lejos, a ese grupo en cabeza que acabamos de enumerar. Curiosamente, son signos Cardinales ambos, cualidad que se asocia, en astrología, al impulso, al inicio de algo, a la decisión, a la determinación… ¿tiene algo que ver con su decisión de ser infieles, de dar el primer paso? Es posible. ¿Y qué decir de Tauro, más abajo en esta curiosa clasificación? Demasiado conservador, demasiado prudente como para encabezar esta lista. ¿Y Escorpio? No deja de ser un signo de Agua (predominan las emociones) y Fijo (difícil de convencer, obstinado), lo que dificulta que se posicione entre los más infieles.

Libra, aún más abajo en la tabla, es demasiado indeciso como para dar ese primer paso hacia la infidelidad; además, le sabe mal herir y engañar a alguien por su vocación sincera de formar parte de esa verdadera empresa que es la pareja. Piscis está muy atrás en la tabla, lo que es lógico: emotivo, sentimental, tímido… ¿quién no se esperaba algo así de los piscianos, tan sumisos y tiernos?

Y finalmente Virgo, en última posición. ¿Cuál es la razón de que sea el menos infiel? Bien, si atendemos a sus rasgos astrológicos, lo podremos justificar: es el signo más puro y virginal, muy poco pasional; es muy escrupuloso y la promiscuidad no va con él o con ella, pues tienen una aversión extrema a todo lo que no sea limpio, pulcro y esterilizado, casi; un intercambio de fluidos con extraños no es lo más divertido ni lo más seguro para ellos. Y psicológicamente, por su naturaleza crítica, detallista y metódica, les cuesta mucho decidirse por alguien en concreto, así que permanece soltero… o fiel.

 

Escrito por Juan Estadella, astrólogo y escritor