¿Dónde acaba el juego y el flirteo, y empieza la infidelidad? Es una línia difícil de definir. De hecho, para muchas personas no hace falta contacto físico para considerar que existe adulterio. Para 1 de cada 2 españoles (el 50%), el intercambio de mensajes picantes, ya sea por sms, whatsapp u otras plataformas, se considera un engaño. Además, el 37% ve como una infidelidad el hecho de pensar en otra persona mientras hace el amor con su pareja, o incluso el 23% opina que soñar con hacer el amor con otra persona es adulterio.

Según la co-directora del Instituto de Sexología de Barcelona, Carme Sánchez Martín, en muchos casos lo que determina si es adulterio o no puede ser la implicación sentimental con otra persona:

“Que no haya contacto físico no significa que no haya implicación emocional. Cuando envías mensajes picantes a otro, el receptor es partícipe de esos sentimientos, y aunque no haya contacto directo, hay un componente sexual presente. Ahora, con plataformas como Whastapp, Line y demás esto es corriente, hay más desinhibición en este sentido, más libertad”.

En cambio, Sánchez Martín diferencia la infidelidad emocional de la fantasía:

“Fantasear con otro no es infidelidad, no hay un tercer implicado. Es una concesión que ayuda a mantener la chispa de la pasión”.

Así, como prueba la investigación del Observatorio Europeo de la Infidelidad, vemos que el concepto de infidelidad puede ser confuso y cambiante. No es de extrañar que, a pesar que el 80% de los españoles creen que se puede ser fiel toda la vida, 2 de cada 3 (el 66%) también piensa que se puede ser infiel a pesar de querer a su pareja.