Desde hace unas décadas, las mujeres españolas gozamos de una igualdad formal que nos hemos otorgado mediante una legislación avanzada. Pero a ningún observador ni observadora sagaz se le escapa que todavía estamos lejos de conseguir una igualdad real.

Sólo hay que mirar los datos que periódicamente se publican sobre el ámbito laboral, por ejemplo. Estos datos son públicos y objetivos, y aún así hay individuos que los cuestionan y se preguntan de manera burlona si son necesarios determinados días teñidos de reivindicación como el 8 de marzo o el 22 de febrero.

Por mi profesión, tengo acceso a la vida de muchas personas y parejas, y constato casi a diario la gran cantidad de situaciones de desigualdad que se producen en el ámbito privado y de pareja, y que son mucho más silenciadas e incluso ignoradas, por las mujeres que las padecen. Desigualdades que muchas enmascaran bajo una falta de deseo sexual, un agotamiento mental y físico, unos síntomas depresivos, un insomnio recurrente…

Es habitual que tras estos síntomas descritos por las mujeres que acuden a mi consulta, se encuentren una gran repertorio de comportamientos que ejercen sus parejas hombres para continuar manteniendo las mayores ventajas, comodidades y derechos en el ámbito privado que siempre se les ha adjudicado a ellos. Desde la poca o nula implicación en las tareas domésticas y de cuidado, hasta estrategias manipulativas como la utilización del mal humor y el ninguneo; el abuso del tiempo y el espacio común, y la no responsabilización de sus actitudes injustas.

Situaciones que las mujeres describen en el momento terapéutico con aparente “normalidad”, hasta que se les aparece el insight de la desigualdad en su relación de pareja: ellos sí tienen tiempo para hacer deporte o jugar a los videojuegos, se permiten bromear con su nula pericia para determinadas cuestiones caseras para escaquearse, las ningunean cuando consiguen algún logro profesional o social, aluden a su poca paciencia o experiencia para no hacerse cargo de los hijos en situaciones conflictivas…

Es importante que las mujeres, y por supuesto los hombres, tomen consciencia de este tipo de “privilegios de género” en las relaciones de pareja: ellas identificándolos y desmontándolos, y ellos, con una gran dosis de autocrítica, disminuirlos, para conseguir relaciones de pareja igualitarias reales.

Carme Sánchez Martí
Codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona, es una psicóloga y sexóloga habitual de los platós de televisión y emisoras de radio: ha participado en programas de Antena3, TV2, TV3, COMRadio, Radio Nacional…