¿Buscar fuera no que no se encuentra en casa es signo de cobardía, de abandono o solamente una fantasía inaccesible? ¿Y si, realmente, fuera un irresistible deseo de ser seducido/a o de seducir?

La historia de D.

Tras una relación extraconyugal de algunos meses y una ruptura bastante brutal, D. empezó a desear volver a sentir la emoción de una primera cita, de un primer beso y la embriaguez del deseo y del placer. Tras reactivar su perfil en Gleeden, D. empezó a enviar mensajes a los perfiles que le pareció más interesantes, como botellas al mar, con la esperanza de obtener alguna respuesta…

Decidió cambiar de estrategia, optando por un acercamiento más directo por chat… Charlas con un, después dos, tres, cuatro contactos le dieron confianza en sí mismo. Un poco de humor y una pizca de delicadeza le han permitido hacer varios encuentros, bellos encuentros con personas con deseos diferentes pero complementarios. D. tuvo un flechazo una vez, y otra, y otra, con personas diferentes pero encantadoras, apasionadas.

¿Caer rendido en la primera cita es signo de inmadurez? ¡No necesariamente!

Un deseo de deseo, de vivir el presente sin pensar en el mañana… Felicidad, deseo haca esa persona, un deseo ardiente, y después pasar a la acción: Una cita fuera, en un hotel, algunas velas para dar ambiente, un poco de música, y abandonarse en sus brazos. Con una persona, y después con otra, y con otra… ¿Se es un monstruo por eso, o un ser insensible? ¡Al contrario! D. de verdad quiere a esas personas, pero la gestión de la agenda se convierte en un deporte complicado, muy complicado. Se necesita un rigor increíble para no ser pillado. Pero las quiere a todas, de forma diferente, las quiere tal como son, y D. nunca se ha sentido tan atrayente.

Un padre de familia con 2 hijos, casado con una bella mujer, pero engullido por la rutina que todo lo mata. Los fines de semana románticos en suites sublimes, sorpresas por aquí y por allá para despertar el deseo dormido, son ideas que parecen formidables, pero que sin el esfuerzo de las dos personas que se supone que se quieren acaban por apagarse más rápido que nunca. No estoy triste, solamente tengo ganas de disfrutar y compartir momentos de complicidad. ¿Tener varias relaciones a la vez es un problema, sabiendo que la infidelidad empieza a partir de una relación extraconyugal?

Tener dos, tres o cuatro es una disciplina con múltiples riesgos, ¿pero acaso vivir no es un riesgo en sí?